viernes, 6 de mayo de 2011

¿PROCRASTINAS EL FUTURO DE TU REALIDAD PROFESIONAL?



Procrastinar o vaguear
Parece que nos estamos creyendo esto de que las redes sociales son una panacea (y eso que por el momento los únicos que parecen ganar dinero son los que dan cursos proclamándolo). Cada vez hay más ejecutivos metidos en este mundillo de Twitter y Facebook, e incluso hay compañías que invitan a sus empleados a hacerlo (y otras que lo penalizan, por supuesto).
El problema llega a la hora de poner barrera entre lo laboral y lo personal en el uso de estas herramientas: Hasta hace poco, si se te veía con un informe es que estabas trabajando y si tenías abierto el Marca, pues no.
Ahora la cosa se ha complicado. Uno puede navegar por Twitter, leyendo información de otros usuarios de su sector; ver un vídeo de la competencia en YouTube –algo que de interés laboral–; o puede estar viendo las perlas de Belén Esteban en su perfil, o
ayudando a liberar al pato Willix. Desde fuera no hay diferencia. El problema aumenta cuando, además, te engañas.
La Community Manager de una gran empresa española me enseñaba hace poco
El ciclo de la procrastinación, del blog cinismoilustrado.com. Se trata de un círculo vicioso que te atrapa entre que lees Twitter, abres el correo de un amigo, te levantas por un café, subes una noticia a Facebook, otro café… De tal forma que llega la hora de comer y aquello que tenías que hacer por la mañana, no sólo no lo has hecho, sino que tienes la sensación de haber estado liadísimo.
Eso sí, llamar a esto procrastinación o vagueo suele depender de si se habla de uno mismo o de un tercero.

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