domingo, 22 de febrero de 2015

NETWORKING

Si eres un crack del networking, ¿por qué no encuentras trabajo?

La red de contactos se ha convertido en un arma esencial en la búsqueda de empleo en un entorno de ofertas invisibles. Pero la cantidad no sirve de nada si tus relaciones profesionales son de baja calidad.

Ocho de cada diez ofertas de empleo son invisibles. Es decir, no podrás verlas ni acceder a ellas porque no se publican. Identificarlas por los cauces tradicionales se convierte en misión casi imposible para quien rastrea un empleo. Si esto es así, el networking y los contactos personales resultan determinantes para conseguir un puesto, y en esa búsqueda tendrás que esforzarte por cultivar y hacer brillar las referencias que puedan hacer sobre ti conocidos o amigos.
Si el networking resulta tan importante, la cuestión es quién merece verdaderamente la pena y, sobre todo, a quién puedes considerar como contacto de alta calidad que te ayude a conseguir un empleo. Salir al mundo real Andrés Pérez Ortega, consultor en posicionamiento personal, insiste en la necesidad de «participar y salir al mundo real. Las relaciones de verdad se establecen, desarrollan y consolidan cuando ves los ojos de la otra persona. Las redes sociales simplemente son instrumentos para establecer un primer contacto o para mantenerse al tanto de lo que sucede, pero las relaciones de verdad se producen cuando tienes delante a tu interlocutor». Guillem Recolons, socio de Soymimarca, coincide básicamente en que «la irrupción de las redes sociales y de los entornos participativos ha provocado un importante cambio en las reglas de juego, una infoxicación en toda regla que a menudo dirige a los clientes no hacia los mejores sino hacia los que trabajan mejor el SEO».
Recolons añade que lo que antes hacíamos de una forma natural –conocer gente– ahora requiere de un dinamizador, un acelerador: «Se trata del networking, que literalmente significa ‘creación de redes’. Como en todo, hay networking cualitativo y cuantitativo». El experto cree además que la obsesión por tener miles de contactos es una de las nuevas enfermedades de la era digital: «A pocos se les ocurre pensar que vale más tener 100 contactos a los que podamos aportar valor (y hacer negocio), que crear una agenda de 8.000 contactos a los que difícilmente veremos jamás».
Una red de contactos sólida se basa en la rutina, la disciplina y el método
Andrés Pérez sugiere que para establecer contactos sólidos y beneficiosos se deben aplicar reglas, como buscar contactos que estén alineados con nuestros valores y estilo: «La automatización de los contactos está suavizando los criterios al elegir a las personas con las que nos relacionamos. Es hora de volver a identificar los aspectos que hacen que las personas establezcan vínculos duraderos como son los valores, los principios y las creencias compartidas. Es algo parecido al ‘Dime con quien andas...’»
Pérez añade que «aunque una red de contactos se basa en el intercambio y en el apoyo mutuo, no hay que olvidar que requiere esfuerzo, paciencia y tiempo, y la finalidad es obtener un resultado. Al elegir a tus contactos escoge aquellos que tengan objetivos comunes o que puedan aportarte algo para alcanzar los tuyos». Qué me aportas Guillem Recolons cree que una estrategia efectiva de networking pasa por mover nuestra red de contactos desde aquellos profesionales que pueden validar nuestras competencias (son nuestros prescriptores): «No debemos tratar de ir directamente a clientes que pueden desconfiar de nosotros por desconocimiento. Tampoco, conviene forzar el márketing (conocimiento) aunque es bueno trabajar a fondo el branding, que persigue el reconocimiento. No es lo mismo que yo hable bien de mí a que lo haga un cliente».
Andrés Pérez recomienda dejar claro lo que puedes aportar: «Aunque suene un poco frío, las personas somos interesadas. Por eso es importante dejar claro desde el primer momento qué es lo que alguien puede esperar de nosotros. Una red no es más que un conjunto de nodos conectados, y en el caso de las personas, esa conexión es lo que cada cual puede aportar a su red».
Menos actitud positiva y más disciplina. Es otro consejo que deriva del exceso de actitud positiva del mundo virtual. Pérez asegura que «las relaciones personales no se construyen sobre deseos o sueños sino con trabajo. Una red de contactos sólida se basa en la disciplina, la rutina y el método. Busca mentores y haz de mentor. Pide ayuda para desarrollarte o ser tú quien aporte la experiencia para ayudar a otros. Pocas relaciones son más sólidas y duraderas que las de un mentor y el mentorizado».

martes, 17 de febrero de 2015

¿LAS REUNIONES SON PERDER EN TIEMPO?

Recetas para acabar con las reuniones ineficaces

Una empresa con cien empleados y un sueldo bruto medio de 40.000 euros derrocha 700.000 euros anuales en reuniones inútiles. Resolver este problema es el primer paso para aumentar la productividad.
Recetas para acabar con las reuniones ineficaces
Si una reunión termina con frases como «le hemos dado un buen empujón, ¿qué tal si seguimos otro día?» o, peor aún, comienza con «vamos a reunirnos rápidamente para ver cuándo podríamos discutir sobre este tema», es decir, para juntarse una vez más, algo falla.
El fin de una reunión es tomar decisiones, que te aportarían unas bases sobre las que trabajar y te evitarían resolver muchas dudas por tu cuenta y riesgo. Un debate relevante, asimismo, puede resultar muy enriquecedor.
La triste realidad es que no todas las sesiones acaban en la toma de una decisión formal, ni favorecen un entorno abierto de debate, y casi siempre se extienden más de lo debido. Entre las consecuencias de ello pueden citarse la desmotivación de la plantilla, la toma de decisiones equivocadas y la pérdida de productividad. El coste de la ineficiencia Según expone el Wharton Center for Applied Research en su informe Better Business Meetings, un empleado medio desperdicia 31 horas mensuales en reuniones ineficaces. Según estos cálculos, una empresa con 100 empleados, con un sueldo bruto medio de 40.000 euros anuales y una jornada laboral de 8 horas diarias, durante 22 días al mes, tira a las basura 704.500 euros cada año. Con un sueldo medio de 30.000 euros brutos, el derroche ascendería a 528.400 euros anuales.
Según un estudio, un empleado desperdicia 31 horas mensuales en sesiones ineficaces
A nivel mundial, el despilfarro derivado de reuniones improductivas supera los 800.000 millones de euros.
Todo esto, a pesar de que, según otro reciente estudio elaborado por la consultora Michael Page, la optimización de costes constituye la primera prioridad de los ejecutivos, seguido de la optimización de procesos.
Libros sobre esta cuestión hay muchos. Reuniones que matan, del autor Patrick Lencioni, es uno de ellos. Lencioni defiende que la preparación previa por parte de todos los asistentes y la delimitación de los temas a tratar es lo que puede convertir una reunión en algo entretenido, estimulante y, sobre todo, útil. La solución: metodología Lencioni propone implementar el siguiente esquema: un repaso diario informal, una reunión semanal de carácter táctico, una mensual para abordar cuestiones más estratégicas y, por último, una sesión trimestral para evaluar la marcha de la compañía y de sus principales proyectos.
Desde Hightrack, start up tecnológica especializada en productividad, creen por su parte que el gran problema de fondo (o uno de ellos) es que tendemos a reunirnos demasiadas veces. «No se puede trabajar sin reuniones pero sí sin la mayoría de ellas», declaran sus fundadores, Quique González y Berto Pena, en el libro Start, productividad para humanos. «Convocar una reunión tiene que ser el último recurso después de haber agotado otras alternativas: llamada de teléfono, un email, una videoconferencia, una conversación cara a cara...».
Para Hightrack, imponer una periodicidad fija puede derivar en que no haya suficientes temas a tratar. En cualquier caso, siempre se recomienda implantar una metodología, más o menos informal, que en el caso de Hightrack consiste en seguir una serie de pasos (elección de los asistentes, comunicación interna, definición de los puntos del día, preparación y anticipación, enfoque a acciones, evitar las distracciones y, por último, evaluación periódica).
En España, Vodafone ha optado por una metodología llamada R.A.P.I.D., diseñada por la consultora Bain, por la que a cinco de los asistentes a una reunión se les asigna un rol, identificados con cada una de las cinco letras que componen la palabra rapid. Así, una persona es la encargada de poner sobre la mesa los puntos a debatir y los principales argumentos a favor de su aprobación, otra es la responsable de proponer soluciones alternativas, etcétera. El cronómetro a cero La gran pregunta, y sobre la que existe mayor discrepancia, es: ¿sirve establecer un límite de tiempo a estas sesiones para mejorar el rendimiento final? Como todo, el sentido común ejerce de mejor árbitro que un cronómetro, si bien la simple voluntad de hacer de las reuniones un espacio de discusión productivo es el primer paso para conseguirlo.
La duración ideal, según Hightrack, dependerá de la cantidad y relevancia de los puntos del día.
La compañía de soluciones de elearning Gamelearn, con sedes en Madrid y California, lanzó recientemente al mercado Brilliant Meeting, una app para mejorar la productividad de las reuniones, con un fuerte toque de gamificación.
Esta app móvil permite configurar los objetivos, los temas a tratar y el tiempo que se dedicará a cada uno de ellos. Transcurrido ese tiempo, suena una alarma. Brilliant Meeting concede puntos a los usuarios que cumplen con su horario y planificación, pudiendo obtener trofeos y superar niveles hasta convertirte en el gran «gurú» de las reuniones en tu empresa. Al contrario, aquellos que se pasen del tiempo estipulado o no cumplan con los objetivos fijados pierden puntos. 5 minutos y un café, la fórmula de Silicon Valley Dicen que en Silicon Valley es posible concertar una reunión con casi cualquier gran ejecutivo. Es cierto, pero evidentemente los días al otro día del Atlántico también duran 24 horas.
En la cuna mundial de la innovación, son comunes las reuniones exprés, por las que se te concede un café y unos pocos minutos (por norma general, entre 5 y 15), durante los que deberás ser capaz de llamar la atención de la otra parte. De lograrlo, conseguirás una segunda cita, más extendida.
«Es un ecosistema mucho más abierto, pero es fundamental aprovechar al máximo esa primera oportunidad, porque no tendrás más», comenta Ignacio Vilela, fundador de Startcaps Ventures. «En Silicon Valley, las decisiones se toman rápido. Las reuniones de una hora en las que se habla del tiempo o la familia no se conciben». CONSEJOS para sacar el máximo partido de las sesiones * La cita y los puntos del día deben ser anunciados con días de antelación y los asistentes deben llevar preparados sus argumentos.
* La agenda de una reunión debe respetarse al máximo. Si surgen otros temas de discusión, pueden abordarse al final de la misma.
* Con el fin de no extender demasiado la duración de la sesión, conviene empezar con los puntos más urgentes y relevantes.
* Algunos expertos aconsejan organizar una reunión trimestral para abordar la evolución general de la compañía.
* Una reunión es un encuentro para tomar decisiones a partir de un debate, no para comunicar a otros decisiones ya tomadas.
* Es recomendable que haya alguien responsable de tomar notas y de velar por el buen funcionamiento de las sesiones.

martes, 10 de febrero de 2015

APÚNTATE A LA INICIATIVA LABORAL

Qué le duele hoy al emprendedor

A los innovadores aún les preocupa una Ley de Emprendedores que está diseñada para los autónomos. También el hecho de que las diversas medidas fiscales implantadas no impulsen definitivamente la financiación; o que no ayuden a la captación del talento necesario para las ‘start up’. Sin olvidar la legislación sobre el ‘crowdfunding’ o el ‘exit tax’, que afecta a la internacionalización.
Se avecina un nuevo periodo electoral y, quien más quien menos, recuerda que la última vez que hubo elecciones en España los emprendedores se convirtieron en objeto de algunas de las promesas de los políticos, que situaron a los creadores de empresas como grandes responsables de la recuperación económica que hoy despunta, y también de generar una cantidad ingente de puestos que pudieran solucionar el problema del paro.
En este tiempo se han aprobado leyes, se han aplicado normas y medidas y se han renovado fórmulas que, sin embargo, no terminan de convencer definitivamente a los innovadores. La primera decepción Lo que ha hecho la esperada Ley de Emprendedores es mezclar a los verdaderos creadores de start up con los autónomos, con una norma pensada más bien para estos últimos.

Carlos Blanco, CEO de Grupo ITnet y fundador de Conector Startup Accelerator, insiste en que «la Ley de Emprendedores es más bien una ley de autoemprendedores, de autónomos». Añade que «el ecosistema innovador en España está progresando adecuadamente –cada vez hay más inversores privados con ganas de invertir en start up– pero las leyes que se crean perjudican más que ayudan». Javier Andrés, socio fundador de Ticketea, explica que las medidas del Gobierno a favor de los emprendedores han supuesto «una enorme decepción que no cumple con las expectativas creadas. Nos hablaron de una alfombra roja –refiriéndose a la promesa de una tarifa plana de cotizaciones de 50 euros durante los seis primeros meses de vida de la iniciativa emprendedora–, pero todo se quedó en palabras más que en realidades. ¿En qué me han ayudado todas esas medidas a que mi negocio sea más sostenible? No sabría decir... Quizá algunas ayudas para despedir y contratar que no solucionan los problemas más críticos. Los políticos no entienden la casuística ni entienden los problemas reales».
Nieves Fernández, fundadora y CEO de Familiafacil.es, considera que «como se ha podido comprobar desde el pasado año, no se ha apreciado mejora alguna para los emprendedores, ya que en lugar de brindar mayores facilidades para poner en marcha y desarrollar un proyecto, lo que se hace es limitar las medidas de mejora a entornos específicos que dejan fuera a la mayor parte de emprendedores, que no cumplen todos los requisitos necesarios y, por lo tanto, no logran beneficiarse de las ayudas, siendo emprendedores».
Rafael Alcalde, cofundador de Jaratech Social Technologies, recuerda que «España es un país de emprendedores en el que el 65% del empleo lo generan pymes, pero nuestro futuro no pueden ser los bares. Desde el punto de vista de una empresa tecnológica, crear una start up es una locura, por los obstáculos legales, los impuestos y las dificultades para crecer fuera».
Alcalde se refiere asimismo al sistema educativo y al hecho de que ni la escuela ni la universidad favorecen el desarrollo de empresas: «La Universidad española genera más bien autónomos y funcionarios».
Izanami Martínez, cofundadora y CEO de Nonabox. "Es fácil levantar las dos primeras rondas de financiación; el problema está cuando necesitas buscar fuera”
Álvaro Cuesta, fundador y CEO de SonarVentures, también cree que el ecosistema emprendedor de nuestro país ha madurado: «Hemos conseguido templar en cierta forma la burbuja que se había creado y el perfil del creador de empresas implica más conciencia sobre los riesgos que esto entraña. También se ha moderado el auge de las aceleradoras y todo se pone en su sitio. Podría decirse que de la adolescencia hemos pasado a una edad postadolescente».
En todo caso, Cuesta también habla de «frustración y decepción por las expectativas generadas. Se ha creado más presión fiscal». Se refiere al descontento que ha creado el exit tax –un artículo de la nueva Ley de IRPF que busca gravar a los grandes patrimonios pero que podría afectar a la internacionalización de start up– y también hace mención a la incertidumbre en la regulación del crowdfunding, «que crea inseguridad jurídica en el pequeño inversor». El gran caballo de batalla de las plataformas de crowdfunding ha sido el límite a la inversión, que ha quedado establecido en 3.000 euros anuales por proyecto y 10.000 euros al año en el conjunto de plataformas para los inversores considerados no acreditados.
Sobre el exit tax, Miguel Arias, CEO de CartoDB y fundador de Imaste y Multivent, explica que «el Gobierno ha aprobado una reforma fiscal que, sin pretenderlo, ataca directamente a los emprendedores más internacionales». Arias cree que es absurdo hablar de la importancia de la exportación, de potenciar los fondos de capital riesgo y por tanto las inversiones en start up, y después establecer un exit tax que penaliza al emprendedor que se tiene que ir a hacer las Américas.
Javier Andrés, socio fundador de Ticketea. "Se mantienen las dificultades para fichar talento extranjero. No jugamos con las armas de otros países”
Iñaki Arrola, fundador de Coches.com y socio del fondo Vitamina K, cree que el problema viene porque esto se aplica a los que mejor están haciendo las cosas: «Las start up españolas apuestan muchas veces por cambiar de residencia a sus fundadores para poder seguir creciendo en mercados más grandes –a nadie se le escapa que España no es el mercado más apetecible del mundo– y esto es lo que impide el exit tax. Como consecuencia, a los inversores nos interesa menos invertir en empresas españolas, porque sabemos que no podremos llevar a los mejores, los fundadores, a abrir nuevos mercados cuando las cosas vayan bien». Javier Andrés coincide en que el exit tax «afecta a las empresas con mayor potencial, y es una medida que ahuyenta a los emprendedores que traen inversión y talento». Carencias en financiación Elena Gómez del Pozuelo, emprendedora y presidenta de Adigital, explica que «hoy la mayoría de los creadores de empresas tienen problemas de financiación, porque no se la dan». Reclama medidas fiscales que favorezcan el hecho de que los business angels pongan dinero «ya que la ley de Emprendedores no ha sido suficiente. Hemos propuesto que no haya límite para invertir y que se pueda desgravar hasta un 20% de lo invertido». Izanami Martínez, cofundadora y CEO de Nonabox, también se refiere a la falta de financiación: «Es fácil levantar las dos primeras rondas, pero el problema llega cuando los socios que han entrado no pueden poner más y el emprendedor necesita buscar financiación fuera de España». A vueltas con la fiscalidad Para Miguel Arias, legislaciones como la del IVA, aun siendo algo que viene de Europa, «es un nuevo dolor de cabeza para los emprendedores, que hace más difícil hacer negocio con otros países, cuando el objetivo de toda start up tecnológica es ser global desde el minuto uno». Iñaki Arrola defiende una Ley de IVA, «pero no lo que se ha hecho, porque nadie lo aplica». El fundador de Coches.com recuerda que hasta el mismo Cristóbal Montoro se ha mostrado dispuesto a a reformar el mecanismo tributario que permite a las empresas que facturen menos de dos millones de euros no tener que liquidar el IVA con el fisco hasta que cobren la factura, porque la medida está muy lejos de su verdadero potencial.
Una de las quejas de Izanami Martínez es el hecho de tener que pagar un elevado porcentaje de lo que se factura en impuestos a pesar de no estar generando beneficios: «Lo ideal sería que no nos gravaran hasta que estemos en condiciones de dar beneficios. Además, si queremos atraer talento y hacer atractiva la idea de crear empleo, sería recomendable que no tuviésemos que pagar cuotas de autónomo hasta facturar cierta cantidad». Rafael Alcalde recuerda que «en países como Reino Unido constituir una empresa lleva dos horas, frente a los 20 días que se tarda en España. No se trata sólo del dinero que cuesta arrancar una compañía, sino de que has de pagar desde el primer momento de la constitución».
Miguel Arias sostiene que en principio parecía que con la nueva Ley de Emprendedores mejoraría la inversión de business angels en start up, pero finalmente todo han sido cláusulas y condiciones previas que hacen que las deducciones sean difícilmente aplicables. Álvaro Cuesta se refiere a una «legislación antiemprendedora en términos de fiscalidad que genera barreras a la contratación. La solución no pasa por abaratar el despido». Herramientas para contratar Para muchos emprendedores lo más difícil no es lograr capital para poner en marcha su idea, sino localizar y fidelizar los perfiles profesionales necesarios –y difíciles de conseguir– para sus nuevas compañías. Hay que tener en cuenta que las start up necesitan perfiles con habilidades y capacidades que no se enseñan en ningún sitio, y esto se complica con la evidente brecha entre lo que enseña la universidad y lo que reclaman el mercado y las empresas, sobre todo en perfiles técnicos.
Los creadores de empresas prefieren incentivos que les ayuden a contratar antes que facilidades para despedir. Por eso piden modelos que les permitan atraer a los mejores a sus proyectos. Carlos Blanco muestra su pesar por la falta de una ley de stock options eficaz que sirva para atraer talento internacional a las start up.
En este aspecto los emprendedores se sienten atados de pies y manos. A pesar de que esta fórmula de retribución tiene mala fama por algunos casos pasados, lo cierto es que sirven para atraer talento a las empresas, aunque la tributación hace que sea inabarcable para los creadores de compañías. Blanco opina que «en tres años no se ha avanzado demasiado y, fiscalmente, la ley española es la peor opción y condiciona la posibilidad de traer talento internacional».
Javier Andrés, partidario de los visados para empleos cualificados, coincide en que hoy las stock options siguen siendo tratadas de una forma que penaliza el hecho de que los creadores de start up puedan tenerlas: «Eso me impide jugar con las mismas armas que las empresas de otros países cuando se trata de contratar talento necesario y adecuado para nuestros proyectos».