martes, 28 de enero de 2014

¿Qué es el outplacement?La reubicación de empleados después de un despido es una de las prácticas más exitosas del área RRHH de muchas empresas.Es una práctica que va en aumento, y una nueva especialidad para muchos consultores y empresas especializadas en RR.HH: se trata del “Outplacement”, o el conjunto de técnicas para reubicar trabajadores cuando por fusiones, adquisiciones y reestructuraciones hay que prescindir de parte del personal. Se trata de contenerlos y reorientarlos, para facilitarles una positiva reinserción laboral y que no se vea afectada su reputación en el mercado de trabajo ni su vida familiar. Es que muchas veces se ha observado que los desvinculados comprenden perfectamente las razones por las que se prescinde de ellos, pero quedan resentidos al notar un manejo desprolijo o poco amable de la situación. Y ya son muchas las consultoras en RR.HH que están ofreciendo ocuparse profesionalmente de gestionar esas “transiciones” en los casos de cambios estructurales de las corporaciones. Se trata de reorientar positivamente a los ejecutivos que se desvinculan, redefiniéndoles su horizonte profesional y generándoles una visión optimista sobre su propio futuro mediante una serie de herramientas adaptables a cada caso individual, y ayudar en el diseño de estrategias para alcanzar nuevos objetivos laborales. Implica toda una “reeducación” del ejecutivo, actualizándolo sobre las realidades del mercado y como su perfil puede ser recibido en las redes de contactos que le ayudan a construir con un entrenamiento específico. Uno de los objetivos desde el punto de vista de la empresa que contrata servicios de Outplacement es reducir conflictos emocionales, y que el colaborador desvinculado se sienta gratificado por el interés que se muestra por él, percibiendo la nueva situación no como algo ríspido sino como un nuevo desafío profesional, mediante una reformulación de su marketing personal. Hoy, el Outplacement es una herramienta de creciente popularidad, porque los procesos de fusiones y adquisiciones, de permanente aumento en cuanto a velocidad y frecuencia, son el perfecto escenario para su difusión. Normalmente, se identifican varias etapas en estos procesos. La primera es una evaluación de las capacidades, conocimientos, experiencias y aptitudes de quien será desvinculado, y como puede potenciar al máximo sus calidades profesionales. Luego, en función de los resultados de la primera etapa, se colabora con el ejecutivo saliente en buscar ofertas de empleo para funciones similares a las que estaba realizando; luego, se estudian sus posibilidades ante un cambio de tareas, para después considerar una total ruptura de sus hábitos laborales, mixturando las situaciones. Por último se lo orienta para el caso que deba emprender un proyecto en forma autónoma. Además se lo asiste facilitándole herramientas físicas como puede ser acceso a computadoras y cuentas de e-mail, documentación y bases de datos, etc.También se incluyen ejercicios para mejorar la comunicación y un seguimiento del empleado de hasta un año a partir de que consigue reinsertarse en otra organización, para verificar su grado de integración al nuevo entorno. En resumen, se trata de enfrentar una situación que puede ser traumática y transformarla en una fuente de oportunidades, considerando que el despido muchas veces puede transformarse en un impulso para que algunos empleados mejoren en su desempeño profesional, obligándolos a tomar la dirección de su propio destino laboral y alejándolos del conformismo que siempre genera la rutina. Incluso, la creciente popularidad de estos servicios se va extendiendo a todos los estamentos empresariales, dejando de ser solo un privilegio de los altos ejecutivos. De ese modo, se han visto muy reducidos en cuanto a tiempo empleado los procesos de búsqueda de empleo, promediando entre cinco y seis meses contra un año o más que se empleaba antes, lo cual resulta beneficioso para la empresa que se desprende de trabajadores, ya que es menor la tensión entre el personal y el tiempo que los desvinculados le dedican a conseguir nuevo empleo desde que toman conocimiento de la situación. Y ciertamente eso es muy bueno para el futuro del empleado, ya que en general los empresarios no suelen ver bien a quienes han pasado largos periodos de inactividad. En cuanto a la financiación del proceso de Outplacement, la empresa que prescinde de empleados es la que se hace cargo de la cuenta, que generalmente se calcula en base a la remuneración bruta anual de los empleados desvinculados, oscilando siempre entre un 16 y un 20% de la misma.
El "OUTPLAMENET" es también una disciplina del coaching para ayudar en la emancipación.

sábado, 18 de enero de 2014

¿QUIERES ABANDONAR EL EMPLEO DE NÓMINA?


Pasos para no perderse al crear una nueva empresa 

 Poner en marcha una firma no es sólo tener una buena idea de negocio. Es un proceso que puede durar más de un mes y que implica un viacrucis burocrático con mucha letra pequeña. Una idea brillante o simplemente un planteamiento original de algo ya existente es la semilla de una nueva empresa. Pero para que germine y se haga realidad hay que cumplir con una lista de requisitos y trámites. El proceso de constitución de una empresa es una tarea difícil, no por su complejidad, sino por la laboriosidad. Esta carrera de fondo sitúa a España en el puesto 44 de los 185 en la clasificación de los que ofrecen mayores facilidades para hacer negocio, según el último informe del Banco Mundial, y en el 136 en cuanto a la apertura de empresas. Mikel Mendiola, abogado de Mercantil de Cuatrecasas y Jon Ruiz, abogado de Contencioso del mismo bufete, estiman que el tiempo medio para realizar los procedimientos estándar es de 19 días. Sin embargo, en la práctica estos trámites se dilatan y, en general, los emprendedores tardan más de 47 días en crear su empresa. Para no perderse en este viacrucis burocrático conviene conocer qué pasos se deben dar. Actividad Antes de lanzarse a la puesta en marcha de un negocio hay que definir la actividad que se va a desarrollar, la planificación global y a largo plazo, la valoración de riesgos, el estudio de mercado... Es decir, todos los aspectos que engloban el plan de negocio. Forma jurídica Elegir la forma legal de la firma es esencial. Existen diferentes modalidades y se puede hacer de forma individual o como sociedad. Lo más habitual es que sea una sociedad anónima (SA) o una sociedad limitada (SL). La mayoría de los nuevos empresarios se decanta por la SL –más del 98% eligieron esta modalidad en 2012–, porque la aportación mínima para su constitución es de 3.000 euros, muy inferior a la de una SA que ronda los 60.000 euros. Sèbastien Chartier, fundador del Salón MiEmpresa, explica que “es fundamental conocer la normativa legal sobre la que vamos a desarrollar nuestra actividad, porque en muchos casos determinará la forma bajo la que debemos crear la empresa. También hay que tener en cuenta el número de socios que participará en la iniciativa, que nos dirigirá a una sociedad mercantil, a comunidades de bienes o a una sociedad civil”.seguramente". Nombre El siguiente paso es solicitar el certificado de denominación social en el registro mercantil. Es recomendable incluir una lista de cinco nombres por si alguno está ya registrado. El trámite se puede hacer de forma telemática y su coste es de 30 euros. Certificado bancario Es el documento que acredita que se ha depositado en una entidad financiera el capital social para fundar la compañía. Esta aportación también puede incluir la valoración de bienes como equipos informáticos, máquinas de producción, etcétera. Notario Con el certificado del nombre y el documento de ingreso bancario ya se puede acudir al notario para la firma de la escritura pública de constitución. Un trámite que lleva al menos una semana. Previamente se tienen que haber redactado los estatutos sociales que regularán el funcionamiento de la empresa y definen los derechos y las obligaciones de los socios. Fuentes de la Confederación española de asociaciones de jóvenes empresarios (Ceaje) advierten de que muchos emprendedores caen en el error de no leer bien este documento y no son conscientes de las responsabilidades que asumen cuando se nombran administradores. Con la escrituras en mano, el siguiente paso es depositar dicho documento en el registro mercantil. Se trata de un proceso que, según Ceaje, acumula muchas quejas y se dilata en el tiempo porque se desconocen algunas de las nuevas actividades que generan los emprendedores y no se pueden catalogar en las tradicionales. CIF y alta censal El siguiente trámite es dar de alta la empresa en Hacienda. Para ello hay que acudir con la escritura simple de constitución de la firma y cumplimentar el impreso modelo 036. Este documento es la declaración censal de alta que permite regular nuestra relación con esta entidad y determina los impuestos que nos pueden exigir por el desempeño de nuestra actividad. Una vez realizados estos trámites, se solicita el CIF provisional y, de esta forma, se puede comenzar a tener actividad económica. Pero antes de comenzar la aventura empresarial también hay que realizar el pago del impuesto de sobre actividades económicas, una liquidación que se gestiona a través de los ayuntamientos. Tus cuentas con la Agencia Tributaria Convertirse en empresario también implica que las personas físicas que han creado esa sociedad mercantil deben gestionar su correspondiente alta en el Registro especial de trabajadores autónomos (RETA). Para hacerlo hay que acudir a la Agencia Tributaria con el DNI, cumplimentar un impreso y definir la actividad que se va a desempeñar. Esto último, explican desde Ceaje, es obligatorio y esencial, porque es la que definirá nuestro coste tributario. Por otro lado, también hay que acudir a la Seguridad Social y, además de facilitar los datos personales y de actividad de la firma, se debe indicar la cuenta bancaria para domiciliar las cuotas, que serán proporcionales a la cotización. En lo que se refiere a la cuantía de la cotización los asesores de Ceaje recuerdan que cuánto más alta sea, el importe de la pensión de jubilación será más elevado y también en el caso de incapacidad laboral. Aspectos que a menudo no se tienen en cuenta puesto que el 80% de los autónomos cotizan lo mínimo. Simplificación administrativa Agilizar el papeleo es posible. Los empresarios disponen de iniciativas que, para algunos casos, simplifican el proceso.- Emprende en 3. Este programa, liderado entre otros por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, posibilita la tramitación electrónica de las declaraciones responsables de los emprendedores que quieran iniciar su actividad.- Puntos de Atención al Emprendedor (PAE). Se encargan de facilitar de la actividad empresarial y su desarrollo a través de servicios de información, tramitación de documentación y asesoramiento.

sábado, 11 de enero de 2014

ADAPTARSE O DESAPARECER


‘Darwinismo laboral’: supervivientes en la oficina 

 Algunas de las tribus que habitaban las empresas se encuentran ahora en peligro de extinción. Los palmeros, los motivados o aquellos que simplemente se dedicaban a calentar la silla están desapareciendo en favor de otras especies más productivas. EL PELOTA EN EXTINCIÓN Dwight Schrute (que interpretaba el actor Rainn Wilson) era el pelota en la serie de televisión de Estados Unidos ‘The office’. Su personaje reflejaba una de las ‘especies’ que están desapareciendo en estos momentos. Una figura que se caracteriza por el halago fácil y un comportamiento rastrero. George Turklebaum falleció un lunes mientras trabajaba, pero no fue hasta el sábado cuando lo encontró un empleado de la limpieza. Este caso, ocurrido en Nueva York hace ya casi siete años, seguramente hoy sería improbable, porque los trabajadores de cubículo y despersonalizados están extinguiéndose. Como éstos, son varias las especies de oficina que están desapareciendo en favor de otras más evolucionadas que ahora pide el mercado de trabajo. Bienvenidos al darwinismo laboral. Noelia de Lucas, directora comercial de Hays España, asegura que estamos en la era de los profesionales válidos. "En estos momentos, en los que se está midiendo al milímetro la productividad dentro de las empresas, las compañías buscan perfiles orientados a resultados". De ahí que De Lucas considere que los llamados pasilleros, aquellos que se dedican a pasearse por la oficina aparentemente muy ocupados pero sin mucho que hacer, estén en peligro de extinción. Quienes pululaban por los pasillos para dejarse ver, ahora tienen que demostrar que hacen su trabajo y son eficaces. Paco Muro, presidente ejecutivo de Otto Walter, recuerda que en los tiempos de bonanza había de todo: "Los que empujaban el carro, los que les ayudaban, los palmeros y una larga lista de tribus". Hoy, sin embargo, "quienes ya no tienen sitio son los pelotas. Los que también están desapareciendo son los que tan sólo ayudaban en algo muy concreto que ya no es importante, porque las estructuras están muy ajustadas y, o aportas valor y estás dispuesto a hacer la tarea que toque para que el equipo triunfe, o tendrás que dejar tu puesto a alguien con ganas de hacerlo". El problema es que esta criba no está afectando sólo a las especies tóxicas. El presidente de Otto Walter reconoce que una figura que parece escondida es el motivado: "Con tanto recorte, ajustes, malos resultados, peores noticias, disminución del volumen de negocio y crisis por todos lados, la motivación está bloqueada. El desánimo es muy contagioso y multiplica con mensajes negativos que no aportan nada". Profesional 3.0 Los centros de trabajo también están cambiando. El auge de los emprendedores está impulsando las oficinas compartidas. José Manuel Casado, socio fundador de 2C Consulting, asegura que esta tendencia se enmarca dentro de la importancia que están adquiriendo los freelance. "Esta es una especie que está proliferando porque, gracias a las nuevas tecnologías, pueden trabajar desde cualquier parte del mundo". Otro de los personajes que están ganando relevancia es el que se hacen notar a través del mundo online. De Lucas cree que las redes sociales han propiciado la aparición de esta figura que busca notoriedad a través de estas plataformas, porque en las oficinas ya no dispone de ese foro en el que alardear de sus logros. Muro también contempla la importancia de este colectivo que domina estas nuevas fórmulas para conectar con la gente y cree que "si quieres estar en la onda hay que tener un friki en la oficina. Es como los informáticos en la década de 1980 o los desarrolladores en la de 1990". Además, el presidente de Otto Walter observa que ahora también destacan los llamados vendedores profesionales: "Tras varios años de extrema bonanza en los que las ventas crecían casi solas y muchas redes comerciales apenas se dedicaban a atender los pedidos que llegaban, toca pelear cada venta con esfuerzo y valor añadido. Y ahora resulta que faltan vendedores de verdad". Muro también cree que es el momento de los directivos y mandos con capacidad de que las cosas ocurran, "que saben activar al equipo para que profesionales con capacidad y bien dirigidos logren resultados extraordinarios". Lealtad La crisis y las reducciones de plantilla no han acabado con los personajes tóxicos en las oficinas. Cierto es que muchos de ellos están perdiendo sus buenas costumbres, como los escaqueadores que, según De Lucas, ya no se exceden en sus faltas. Para muestra las cifras, que demuestran que las bajas médicas se están reduciendo, pero no han desaparecido. La mayoría sólo está aguardando a que pase la tormenta. Además, en muchos casos, estos ajustes se han llevado a cabo "a granel". Muro denuncia que a menudo empresas que realizan recortes necesarios los han hecho sin cuidar los detalles y han dejado un triste mensaje: "Cuando las cosas se pongan feas, ya sabes lo que podrás esperar de la compañía, independientemente de lo que hayas hecho por la organización". Esta situación ha terminado de golpe con una de las especies más valiosas: la de la gente leal y comprometida. Así también lo cree Casado, quien advierte de que, normalmente, cuando la lealtad se marcha de la empresa, sólo quedan rehenes: "Aquellos que son muy malos profesionalmente o los que se ven incapaces de sobrevivir sin la vida en la oficina". Aún así, la empresa siempre tendría la oportunidad de identificar a los tóxicos y demostrar si los valores que predica son de verdad. Muro cree que "la actuación de la dirección con los personajes dañinos mostrará si allí sólo permanecen los que se lo merecen, o vale todo". Y tú... ¿De qué tipo eres? El trepa. Tiene poca empatía, lo que le permite llegar a lo más alto caiga quien caiga. El pelota. Uno de los que están desapareciendo, porque las empresas exigen resultados. El medallista. Aquel que intenta apuntarse los logros del equipo. El que nunca tiene la culpa. Se escuda en los demás y no duda en cargar responsabilidades a sus compañeros. El agobiado. No maneja bien el estrés y puede contagiar su estado de ánimo al resto. El feliz. Está contento con su puesto en la empresa y se muestra agradable con el resto del equipo.

viernes, 3 de enero de 2014

¿IMPULSAS TU CARRERA?


Cinco decisiones que impulsarán tu carrera profesional en 2014 

 Resulta difícil aconsejar a quien busca empleo o pretende cambiar de trabajo qué camino debe tomar o qué sector ha de escoger. Igualmente complicado es sugerir soluciones a quien rastrea su primer puesto o a los que deciden qué carrera estudiar para tener futuro. Cambiar radicalmente es el consejo en tiempos difíciles. Esa transformación es dura, pero posible, y aquí tienes cinco pistas para orientarte. No todo va a ser apuntarse a un gimnasio –y tratar de aguantar al menos hasta marzo–; dejar de fumar; empezar a comer sano; o dedicar más tiempo a la familia, a los amigos y a las cosas que de verdad importan... Entre los propósitos de año nuevo quizá sea conveniente incluir algunas fórmulas que pueden cambiar la manera en la que buscas trabajo o cómo te enfrentas a las dificultades –evidentes– de un mercado laboral muy complicado: 1. No te quedes enredado en la burbuja de “reinventarse” a toda costa. La palabra vale para casi todo y no hay experto, consultor, asesor laboral o reclutador que no la incluya en su vocabulario de consejos o exigencias cuando sugiere un cambio radical para ser efectivo en la búsqueda de empleo o en la transformación completa de la carrera profesional. En los últimos meses habrás escuchado decenas de veces que debes adaptar tus capacidades a un nuevo escenario laboral; que ha llegado el momento de cambiar totalmente, porque el entorno hace imposible que trabajes en lo que antes trabajabas, en un modelo de compañía que te ofrecía una relación empleado-empleador que toca a su fin. Es evidente, pero muy difícil de llevar a cabo, que la clave está en pensar a largo plazo, tratando de adelantarse a los cambios. Pero casi nadie puede aconsejarte eficazmente acerca de qué carrera debes estudiar para conseguir un trabajo (que ya no será para toda la vida, y ni siquiera para unos cuantos años), o qué sectores debes escoger para tener futuro. A estas alturas también te habrás dado cuenta de que muchas de las profesiones con éxito del próximo lustro aún no han aparecido. Algunos te aconsejarán que des un paso atrás para recomenzar en un trabajo menor, con la idea de que esta “reinvención” no tiene por qué ser un fracaso, sino más bien una inversión de futuro que te dará la oportunidad de tomar un camino distinto. Otros te habrán dicho que “reinventarse” es no centrarse únicamente en la búsqueda de posiciones similares a las que has desarrollado hasta ahora. La estabilidad en el empleo ya no se refiere a mantener el mismo trabajo en el mismo sector y quizá tu única oportunidad sea crear tu propia estabilidad laboral desarrollando un nuevo juego de habilidades “transferibles”. Y habrá quien te asegure que debes cambiar de sector, y decidirte incluso a aprender otra profesión. La cuestión es si todos estos cambios radicales son realmente posibles y si se puede convencer de tales transformaciones a quien busca trabajo y no lo encuentra o a quien pretende cambiar de empleo porque su sector o su compañía no le ofrecen futuro. Cabe preguntarse si es realista cambiar de carrera, de oficio, de compañía, de sector, o de vida laboral... Si es así, debes estar dispuesto a todo, a aprender, a olvidar del qué dirán, a confiar en ti mismo y en tus propias capacidades, a hacerte valer en un nuevo empleo... Quizá ocasiones como las que vivimos, en las que casi todo anda mal, son el momento adecuado para replantearse si lo que hacemos es lo que de verdad queremos hacer. Recuerda que siempre es posible el cambio –a cualquier edad–, pero no todo el mundo puede hacerlo. Depende del sector en el que hayas trabajado, hacia dónde quieras ir y en qué te quieras convertir. Debes tener en cuenta que la economía del conocimiento y el tan cacareado modelo productivo basado en I+D+i no tienen gran capacidad para crear empleo de forma masiva. Ambos son intensivos en conocimiento y no en mano de obra. Habrá que cambiar sectores tradicionales como el del turismo, la automoción, la moda o la alimentación. En nuestro país, la posibilidad de crear empleo está en sectores tradicionales, pero adaptados. Además, en un nuevo escenario sociolaboral en el que resulta difícil aconsejar acerca de la carrera que se debe estudiar o sobre los perfiles laborales más demandados, necesitarás una alta capacidad relacional a todos los niveles; una apertura de miras y cultural desde el principio; una faceta internacional relevante, que te lleve a ser eficaz en diferentes culturas, y también a innovar, convirtiendo las dificultades en posibilidades o retos. 2. Deja de pensar que será una empresa tradicional la que te contrate y te pague un sueldo. Piensa que eres un proveedor de servicios. Si buscas empleo hazlo sobre esta base. Todos somos empresarios aunque estemos trabajando por cuenta ajena. El liderazgo personal se percibe como uno de los grandes valores profesionales. Trabaja tu reputación teniendo en cuenta que la relación entre empleado y empleador ya no es de por vida, y esto transforma la manera en la que entiendes tu carrera o tu profesión. Tendrás que adaptarte a la llegada de nuevos modelos de compromiso, de carrera y de fórmulas de actividad laboral que implican la posibilidad de trabajar por proyectos, o tener en cuenta las posibilidades de empleo independiente. Y de todo esto llega una conclusión final: estás obligado a inventar tu propio trabajo. 3. Si decides crear tu propio empleo, prepárate a fondo y no tengas miedo al fracaso. Debes enfocarte hacia aquello en lo que eres realmente bueno y has de saber perfectamente dónde te metes. No te empeñes en aquello para lo que no estás dotado, ni te involucres en un negocio que no te gusta y del que no sabes nada. Valora el hecho de que hay una necesidad que tú puedes satisfacer, y si realmente eres el único que puede hacerlo. Pregúntate si has descubierto tus verdaderas fortalezas y si ese nuevo trabajo, que es tu nuevo negocio, las pone en valor. Debes estar seguro de que tu carrera profesional se desarrollará definitivamente con lo que haces. Es bueno que sigas tu instinto y no temas a tener ideas, aunque parezcan descabelladas. Eres de los que no buscan las mismas soluciones que el resto. Pero también debes asegurarte de que es posible llevar a la práctica económica tus ideas, y que éstas sean rentables. Comprueba que tu iniciativa tiene el potencial suficiente para transformarse en una gran compañía. Si te decides a crear tu negocio no escojas un mercado demasiado pequeño que te impida crecer. Ten en cuenta que un inversor se fija en un proyecto que tenga un gran potencial de crecimiento; debe estar en condiciones de competir en un segmento grande, y en tres o cinco años debería multiplicarse por diez. No te alegres demasiado por la ausencia de competidores. Eso puede significar que no hay mercado y, por tanto, que no hay negocio. Analiza si eres capaz de adaptar tus modelos de trabajo, propios de una organización tradicional, a las características propias de la mentalidad start up: expectativas claras, aceptación del error, agilidad, disrupción, gusto por lo desconocido, transparencia... Piensa en tu credibilidad. Será útil de cara a los futuros inversores y también para convencer a socios, clientes y colaboradores que te sigan en tu proyecto. Valora asimismo si puedes reunir a un buen equipo, porque este es el factor de éxito de tu nueva compañía. La mentalidad start up implica saber contratar, pero también saber despedir. Sólo si mantienes el espíritu de los primeros días lograrás motivar a tus socios y empleados. No dudes en captar a socios y profesionales que piensan de forma distinta, que aportan respuestas diferentes, y que tengan capacidad para poner en marcha las ideas disruptivas. Si la compañía que creas no ofrece suficientes oportunidades de crecimiento y desarrollo profesional a tus empleados, ahí puedes tener el primer fracaso. 4. Busca la ayuda de nuevos agentes que intervienen en el “negocio del reclutamiento”. Si te dicen que no sabes buscar empleo y que te hacen falta soluciones radicales para afrontar los retos que plantea la búsqueda de trabajo, puedes recurrir a algunas respuestas no tradicionales que adquieren ya un protagonismo notable en el “negocio del empleo”: Ten en cuenta que las propias empresas son cada vez más autosuficientes en términos de reclutamiento: de las bases de datos –un método poco efectivo– se ha pasado al apoyo que brindan las redes sociales. Esto exige un gran trabajo, pero muchas compañías ya tienen una gran capacidad de filtrar a los candidatos que encajan con un determinado perfil y facilitar el contacto. Hay además portales de segunda y tercera generación, y algunas start up de empleo que innovan en este sector y que convierten de paso en un negocio rentable las soluciones diferentes que ayudan a encontrar un puesto de trabajo. Muchas de estas nuevas empresas se basan en que los sistemas de empleo han perdido la capacidad de tratar a los candidatos de forma individualizada, y la clave está en la personalización y la especialización. Estas start up de empleo se han dado cuenta de que las necesidades de los profesionales han ido por delante de la industria del reclutamiento. Primero los anuncios clasificados fueron sustituidos por los portales de empleo, que sólo ofrecían una solución más automática. Así, muchos profesionales acaban desesperados, enviando currículos a posiciones que no son adecuadas. Si llevas mucho tiempo buscando trabajo sin éxito, quizá te sirva saber que estos nuevos agentes no creen que sólo contestando a una oferta pueda llegar el talento adecuado. Más bien creen que el talento no se expone, y hay que salir a cazarlo. Por eso suelen ir a su medio a buscarlo. 5. No renuncies a ser feliz en tu trabajo ni a sentir que lo que haces tiene sentido. En el escenario actual de escasez de empleo muchos se aferran a lo único que tienen. Este conformismo se confunde en ocasiones con fidelidad y compromiso, cuando los que se quedan lo hacen porque no hay más remedio, no porque estén ilusionados. Del mismo modo que puedes llegar a apreciar un empleo que aborreces, puedes llegar a odiar el mejor trabajo del mundo. La misma realidad puede percibirse de distintas maneras y dentro de un tiempo tu modelo mental puede cambiar; varían tus expectativas y tu experiencia, y eso es lo que explica que puedas odiar ese buen empleo. La clave está en construir y enriquecer tu puesto día a día. Aquí tienes otro campo abonado para la consabida “reinvención”...Conócete a ti mismo, trata de saber cuáles son tus conocimientos y habilidades. Debes realizar lo que sabes hacer y aquello con lo que disfrutas. Ten en cuenta que el concepto de felicidad guarda relación con la decisión de trabajar en una empresa de forma comprometida. ¿Buscas sólo el sueldo? Los expertos calculan que la motivación extra que proporciona un aumento dura tres meses, y las ocupaciones que producen más felicidad son las que implican un mayor grado de realización personal, y se basan por tanto en las actividades que aportan un alto valor. Aquí el dinero no tiene mucho que ver con la satisfacción en el trabajo.