domingo, 16 de junio de 2013

¿BUSINESS PLAN? ¿LA CLAVE DE TU REFLEXIÓN?


Cómo hacer de tu invento una empresa rentable 


 Dar con una idea original que solucione una necesidad no es tarea fácil. Rentabilizarla menos aún. Estos creativos no sólo deben patentar su invención, también elaborar un ‘business plan’ y buscar financiación. José Luis López Gómez se ha pasado media vida mejorando la tecnología de los trenes Talgo, empresa a la que ha estado ligado los últimos 30 años. Su última contribución a la compañía, un nuevo método para lograr que las ruedas de los trenes rueden con más seguridad sobre el raíl, ha sido la que le ha servido para ganar el premio al inventor del año que otorga la Oficina Europea de Patentes. Para este ingeniero, un inventor debe limitar sus descubrimientos al campo que domina y crear productos «que puedan venderse».Algo que no parece sencillo pues, como apunta Ángel Sánchez, director de I-deals, «no tiene por qué ser un emprendedor. El inventor es, por definición, una persona inquieta y creativa capaz de imaginar diferentes soluciones para las necesidades que se generan en una sociedad, mientras que el segundo es el que sabe encajar esas propuestas en el mercado». Miguel Fernández es el artífice de esta empresa que comercializa su propia invención: un dispositivo de control de calidad agroalimentaria capaz de detectar las partículas y componentes que hay en los alimentos. Miguel Fernández, fundador de Spectrapply, sí que le supo sacar rendimiento a su idea. Comenzó a desarrollar un dispositivo de control agroalimentario en 2010 cuando trabajaba como ingeniero químico en el Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI) de Asturias. Junto a Guillermo Nieto creó Spectrapply, una empresa que nació en mayo de 2011 con 40.000 euros de sus bolsillos. «Vimos la funcionalidad de la idea y teníamos una inquietud empresarial que hicimos realidad». Para Fernández, el inventor es, en esencia, un emprendedor que anticipa soluciones. «Es importante tener interés en dar a tus invenciones un sentido rentable. Llegar a la sociedad y, a la vez, ser capaz de hacer negocio».De momento ya han conseguido los primeros clientes, aunque durante un año tuvieron que dedicar todos sus esfuerzos a conseguir financiación. A los 40.000 euros de recursos propios les siguieron 20.000 euros más que lograron al ganar el premio Genoma España y otros 150.000 euros de un inversor privado del grupo Everis que ha tomado una participación del 30% de la firma. «Ahora hemos captado otros 450.000 euros de fuentes de financiación pública», explica este inventor. Capitalizar una idea no es tarea fácil. Manuel Matellán, director de Inventos e Inventores, lo sabe bien. «Los grandes creativos no son grandes gestores. Para vender un proyecto es necesario saber moverse en el ecosistema emprendedor: acudir a ferias, eventos sectoriales, chequear la posible competencia y elaborar un business plan, entre otros pasos». El inventor debe captar, en definitiva, el planteamiento empresarial. Para ello, Matellán aconseja rodearse de un equipo que entienda de gestión y busque la mejor vía para llevar ese invento al mercado; buscar asesoramiento a través de gabinetes especializados si lo quiere rentabilizar en solitario o encontrar una empresa que apueste por la innovación para explotar su solución a través de ella; y proteger su propiedad intelectual. Para esto último es esencial patentar la innovación, que no la idea. La mayoría de expertos recomienda registrar el proyecto una vez esté desarrollado, pues la patente supone un coste que varía en función del ámbito geográfico en el que la protejas. El plazo de vigencia de este registro es de 20 años improrrogables desde la presentación de la solicitud. Benito Muro, fundador de OEP Electrics. El creador que dio a luz la ‘bombilla eterna’ A Benito Muro le cambió la vida en 1999 cuando en unas vacaciones en Estados Unidos descubrió la bombilla de Livermore (California), conocida como la bombilla centenaria. A partir de entonces, y hasta abril del año pasado, ha estado desarrollando su propia apuesta basada en tecnología de iluminación Led. Doce años de investigación que se traducen hoy en un producto que vende prácticamente solo fuera de España. Muros asegura que su empresa, OEP Electrics, recibe pedidos de Brasil, Rusia, China y Estados Unidos, entre otros. En Cuba ha firmado una especie de contrato para montar allí una fábrica de bombillas eternas. El camino de este emprendedor no fue fácil. Confiesa que para hacer realidad su idea necesitó hipotecar su casa y un solar para pagar a los ingenieros que durante estos años le han apoyado en la aventura. Pero su objetivo es claro: «Cambiar el patrón de consumo». Al año, dice, se tiran en España 47 millones de bombillas.

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