martes, 22 de julio de 2014

EL VACÍO DEL ADIOS


La huella que dejas cuando te marchas

  • Tan importante es llegar bien a un nuevo trabajo como irse del anterior sin formar ninguna escena. Cuando decides cortar con tu compañía debes comunicarlo con tiempo y orden. Si te echan hay que evitar los 'prontos' y las malas reacciones. Tu marca depende de ello.
Quién no ha recibido, en alguna ocasión, un correo electrónico de un compañero que se marchaba de la empresa agradeciendo el tiempo compartido con la plantilla y el apoyo de sus jefes. Este es uno de los detalles que los expertos aconsejan tener cuando dejas la compañía para la que trabajas. Aunque no el único. Irse bien es tan importante como presentarse de manera correcta en un puesto de trabajo nuevo. La imagen que dejas en esa organización el día de tu marcha puede quedar grabada en las retinas de tus ya ex jefes y suponer una buena o una mala referencia para futuros trabajos.
Cerrar tu relación laboral de una manera educada y elegante puede a veces resultar complicada. Sobre todo cuando el cese no es voluntario. Aun así, hay que comportarse de manera profesional y dejar las rabietas para casa. Baja voluntaria Cuando la salida es voluntaria lo habitual es notificar la baja a tu jefe directo y luego comunicarlo a recursos humanos, acompañándolo por una carta, y por último a los compañeros. Andrés Pérez Ortega, consultor en posicionamiento personal, advierte, sin embargo, de que "hay que ser escueto con la información que se les da a los colegas del trabajo, ya que éstos pueden llegar a convertirse en un futuro en socios o en competencia". Pérez Ortega cree que "los profesionales tienen que dejar de pensar como empleados para comenzar a sentirse empresas que trabajan para otras compañías", de ahí la importancia de ser discreto con tus planes laborales.
En el fondo, cualquier sector profesional es un pañuelo y, como recuerda Noelia de Lucas, directora comercial de Hays España, "todos estamos conectados y si has decidido abordar este reto tendrás que echarle coraje y pensar en tu marca personal. Te juegas tu reputación y debes dar los pasos adecuados en la despedida". De Lucas recomienda tomarse este momento de salida también como un momento de reflexión “y pensar en ti mismo y en tu futuro". Salida forzada Muy diferente es la sensación que se tiene cuando eres llamado al despacho de tu responsable y recibes la amarga noticia de que ya no formas parte del equipo. En ese momento debes reunir valor y actuar con dignidad. Genoveva Vera, psicóloga coach ejecutiva y experta en liderazgo, sabe que es complicado mantener las formas en una situación como ésta, en la que sólo se te pasan por la cabeza dudas, miedos e incertidumbre, pero "hay que romper con esa espiral y preguntarse para qué me está pasando esto. Aunque resulte duro decirlo, la mayoría de las veces un despido suele servir para encontrar nuevos caminos profesionales en los que te sientas más feliz y realizado".
Pero hasta que regrese la estabilidad hay que ser prudente. Nada de gritos ni malas palabras, lloros o súplicas porque entonces "habrás tirado por tierra todo el esfuerzo y el trabajo en el que has dado lo mejor de ti mismo", advierte Vera. La calma es clave en este proceso, sobre todo en esta época en la que todo pasa por el filtro de las redes sociales. Pérez Ortega recuerda que hace unos años, si se montaba una escena el día que te echaban no se enteraban más que tus allegados y colegas de profesión. "Sin embargo, ahora, con las redes todos acaban siendo testigos de tu drama y de tu mala actuación y la peor impresión que dejaste si tu reacción no es adecuada". Tampoco deberías desahogarte con los compañeros de trabajo, aunque tengas mucha confianza con ellos. De Lucas aconseja no hacer juicios rápidos sobre lo sucedido ni contar medias verdades. En cualquier caso, "por general y desde mi experiencia, las rabietas no suelen producirse. Normalmente la gente en estas situaciones se viene arriba y trata de irse con la mayor dignidad". Futuro trabajo La huella que dejas cuando te marchas de un trabajo puede dejar marca, hasta tal punto que manche tu reputación y te reste opciones futuras. De ahí que no sólo sea imprescindible marcharse de forma correcta y analizando las causas de tu baja, sino también contar de manera franca las razones de tu salida en tu anterior empresa cuando te enfrentas a una entrevista de selección. Así, si las razones de tu despido fueron de índole personal, Vera aconseja explicar los motivos con la verdad por delante, "aunque no necesariamente tenemos que contarlo todo al detalle de forma que pueda llegar a perjudicarte, porque hay que tener en cuenta que las razones por las que una organización te despide pueden ser favorecedoras para que otra empresa te contrate".
Los expertos coinciden en que lo mejor, en una argumentación general a propósito de tu marcha, es explicar que tu perfil no era el que esa compañía que te echó necesitaba en ese momento. Si te fuiste bien de esa empresa seguramente que las referencias que den sobre ti encajarán con tus explicaciones. RECUPERA TU REPUTACIÓN PERSONAL Asume tu error. Si has cometido algún fallo, mentir y ponerse a la defensiva no es la mejor estrategia. Aunque es difícil asumir los errores es la mejor manera de recuperar credibilidad y confianza.
Pedir perdón. Admitir publicamente los fallos y disculparse por sus consecuencias es la mejor manera para reparar la reputación dañada.
Repara los daños. Si has hecho algo mal, pero te esfuerzas por compensar el daño se minimizan las consecuencias.
Paciencia. Crear una buena marca personal lleva tiempo. No es algo que se pueda construir en un día. Lo importante es no perder de vista tus principios y valores para no crear desconfianza.

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