miércoles, 6 de noviembre de 2013

PLAN DE NEGOCIO. ¿la partitura de un concierto?


El plan de negocio, un trago no apto para indecisos 

Tienes una idea, crees en tu proyecto, confías en la gente adecuada para ponerlo en marcha... Llega el momento de pasarlo todo al papel. Entonces adviertes las dificultades y decides superarlas. Muchos wannabe o wantrepreneur se han quedado atascados en el plan de negocio. Lo que empieza a distinguir al quiero y no puedo del que realmente emprende es superar ese momento decisivo en el que abandonas la idea de “lo tengo todo en la cabeza” y decides pasar las ideas de la mente al papel. En ese momento todo tiende a aclararse. Hay quien dice que es también el momento en el que todo tiende a simplificarse –escribir un business plan es un buen ejercicio de preparación–, aunque a otros se les atraganta la tarea y quedan superados por el mar de dificultades que pronostica el plan de negocio. Poner negro sobre blanco todo lo que implica hacer realidad tu proyecto te servirá para comprobar si has sido capaz de analizar en profundidad todas las variables del modelo. La clave no es la idea, sino el modelo de negocio El business plan es crítico, y no pasa nada por equivocarse, pero hay que dedicarle mucho tiempo. Los expertos coinciden en que puede haber muchas ideas, pero lo importante es ejecutarlas. Ya no hay vuelta atrás. Habrás escuchado cientos de veces que no debes empezar si no tienes un plan de negocio bien estructurado. También te habrán advertido de que la sola pasión no convierte a nadie en magnate, ni siquiera en empresario de éxito. La cuestión es cómo rentabilizar esa pasión con un plan que detalle cada aspecto de todo lo que pretendes conseguir. Es el momento de calcular los objetivos a uno, dos y cinco años vista, estimando los costes y la forma de financiar tu nuevo negocio. Debes buscar consejo y formarte acerca de determinadas cuestiones que implica la creación de tu nueva empresa. Ha llegado el momento de preocuparse de los impuestos o de los aspectos legales y fiscales. Definir tu negocio y ser capaz de explicar qué vas a ofrecer y cuál va a ser tu mercado es una demostración de que te conoces a ti mismo. Sólo así lograrás avanzar en los siguientes pasos, que te ayudarán en la puesta en marcha y serán definitivos en la fase de consolidación de la empresa. Para eso debes analizar el mercado y cómo quieres posicionarte; cuál será tu campo de actuación; quiénes serán tus clientes; cómo vas a captar su atención y cómo quieres llegar a ellos. La realidad supera todo lo que pensabas. Al elaborar el plan de negocio tendrás una sobredosis de realidad. El proyecto se te puede atragantar si tomas conciencia de que te has involucrado en un negocio que no te gusta y del que no sabes nada. Debes ser muy bueno en el terreno en el que te metes y nunca puedes cometer el error de empezar un proyecto o crear una empresa sólo para descubrir que eso no te gusta o que no eres apto para lo más básico. Tampoco te hará gracia comprobar que has escogido un mercado demasiado pequeño que te impide crecer. Hay que tener en cuenta que el proyecto en el que se fija el inversor debe implicar un potencial de crecimiento; debe estar en condiciones de competir en un segmento grande, y en tres o cinco años debería multiplicarse por diez. Si no has estudiado el mercado también corres el riesgo de emprender en un sector sobresaturado y demasiado maduro, o de lanzar una idea de negocio para un sector inexistente. También cometes el fallo de menospreciar a los competidores, un error típico del emprendedor solitario que le lleva a pensar que la competencia no importa. Eso significa que no hay mercado y por tanto no hay negocio. Pero una de las peores decepciones es comprobar que no cuentas con el equipo adecuado, bien ensamblado, para poner en marcha tu empresa. Es esencial mostrar que cuentas con un buen grupo humano, que los profesionales que forman o formarán parte del proyecto son los mejores en su campo, y que sus capacidades y habilidades permitirán alcanzar los objetivos fijados y resolver cualquier problema que surja. Sin este grupo de talentos múltiples, los inversores nunca confiarán en tu proyecto. Llegó la hora del plan financiero. Debes tener en cuenta que uno de los apartados más importantes del business plan es el plan financiero y económico. La realidad, una vez más, refleja que en muchas ocasiones esta es una materia a la que no se le presta toda la atención que se debe. Resulta determinante evaluar cuánto dinero necesitas para poner en marcha tu idea, cuáles son tus fuentes de financiación y cuál es el potencial económico del proyecto. Evita convertirte en el típico emprendedor soñador, que es el que plantea unas previsiones de ventas que no se corresponden con lo que se demanda ni con la posición de su empresa en el mercado. Las ventas y la comercialización son también la parte débil de muchos planes de negocio. Ajusta tus proyecciones basándote en los consejos expertos y en las normas del campo en el que trabajas.

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