lunes, 25 de febrero de 2013

NO ES BUENO ESTAR SOLO EN SITUACIÓN DE DESEMPLEO


¿Sirve para algo el ‘outplacement’?

En un mercado de trabajo en el que la tasa de desempleo ya roza los cinco millones de personas, la excesiva competencia y la falta de ofertas pueden provocar, en algunos profesionales, desánimo y falta de orientación. Es ahí donde la recolocación puede resultar de ayuda.
Las cifras no mienten. Según el I Informe Randstad sobre la contratación de servicios de outplacement, el 75% de los profesionales que sufre un despido y se acoge a estos planes regresa al ruedo laboral en un tiempo medio de seis meses.
Claude Viala, director de outplacement de Randstad, defiende estos programas que “acompañan emocionalmente a las personas despedidas; las orientan para que sepan dónde buscar trabajo; las forman para que tengan las herramientas que demanda el nuevo escenario; y las ayudan a acceder al mercado, intermediando para detectar las ofertas según su perfil”. Un proceso que ahora es obligatorio para toda empresa en vías de ajuste con una plantilla superior a 50 personas. Y que, según los expertos, cuenta con más ventajas que inconvenientes.
Sin embargo, todo depende de cómo se lleven a cabo estos programas. Nekane Rodríguez, directora general de Lee Hecht Harrison, cree que los servicios de outplacement “son más eficientes si se aporta valor añadido. Hay que crear una cultura en la empresa de apoyo al trabajador y, posiblemente, el que se está dando no es el suficiente en el contexto actual”. La reforma laboral plantea la obligatoriedad de estos programas por un mínimo de seis meses cuando lo ideal, según los expertos, es que el plazo sea de un año.
Además, Viala advierte a los departamentos de recursos humanos que vean en estos planes sólo un mero trámite que sirve también como señal para que la plantilla vea cómo trata la empresa a los que se ven forzados a salir.

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