jueves, 24 de mayo de 2012

LO MEJOR DE CADA UNO SIN IMPORTAR EL LUGAR QUE OCUPA.


La cultura del 'Número uno'

El que escribe y suscribe es de la generación de los 60, es decir, de aquellos que pertenecen a la tan manida generación X. Nos formamos y capacitamos en los dichosos 80 y mamamos la cultura del primero, del mejor. Cultura que hoy continúa y que es la responsable de la situación en la que nos hayamos inmersos.
Siempre pensé que lo de ser el Número uno era algo espléndido, en ocasiones colosal. Todos buscábamos a la chica más guapa, el trabajo más impactante, el coche de moda, eso sí, el primero, probablemente el Golf Gti, en suma todo aquello que triunfaba o que proporcionaba mayor reconocimiento social. Los que hacían oposiciones y lograban llegar a las más altas magistraturas del Estado, eran también los número uno.
Estaba convencido de que todo eso estaba muy bien pero, ¿qué ocurría con el número dos y el tres y así sucesivamente? Probablemente porque yo no estaba entre aquellos que triunfaban según los parámetros que nos imponía la malograda sociedad española.
El programa de televisión al que me refiero proporciona un nuevo enfoque de ese éxito y sobre todo de qué entendemos por un liderazgo moderno y efectivo. Si uno observa el espacio inmediatamente se da cuenta de que desde el jurado, cantantes consagrados que todos conocemos, nos gusten o no, se apasionaron, lloraron y se emocionaron con aquellos candidatos que querían acceder a la selección de la primera gala del programa.
Creo que es la primera vez que hay algo genuino en la televisión que nos hace reflexionar sobre la verdadera capacidad de las personas a la hora de hacerse valer y, cómo no, competir. Pero de una manera emocionalmente inteligente en la que los concursantes dan lo mejor de sí mismos -como siempre- pero con un enfoque distinto, no el de la cultura del más, del no va más, sino de aquella que saca lo mejor de cada uno y no importa en qué lugar esté.
Quedan ocho de los 100, pero todos disfrutamos con la totalidad de los que participaron. La razón es que no se buscaba al mejor sino, el mejor talento de entre los más preparados, de manera desenfadada, no afectada, nada endiosada y llena de un espíritu positivo y verdadero.
Son todas razones para llevarse a la selección de recursos humanos, el ejercicio del liderazgo en las empresas y, cómo no, la retención del talento en las organizaciones,

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