La venta es el mayor espectáculo del mundo
Sacar a más del 50% de sus empleados del despacho y colocarlos en el mostrador de sus establecimientos es la estrategia de esta multinacional para aumentar sus ingresos y motivar a los profesionales.
Hace poco más de cuatro meses LG envió a sus empleados a la calle para vender la tecnología 3D. Durante los días 11, 12 y 13 de julio los profesionales cambiaron su mesa de despacho por el mostrador para explicar a los consumidores el nuevo lanzamiento. Con esta iniciativa daban respuesta a una de las cuestiones más habituales en cualquier empresa: ¿Qué desea realmente el cliente? Para resolver el enigma, LG decidió que los mejores embajadores de la marca eran sus profesionales y ellos serían los encargados de averiguarlo. El objetivo estaba claro: aumentar sus ventas. El 70% de las decisiones de compra se toma en el punto de venta y un 57% de las personas que trabajan en LG no están relacionadas directamente con el punto de venta. Durante el desarrollo de la campaña 3D se vendieron 70 productos, 32 de ellos Cinema 3D.
Del despacho al mostradorAsí surge I love in store, una iniciativa para transmitir a la organización que cada puesto de trabajo no es sólo la mesa de oficina sino también la tienda. La denominación de este proyecto tiene su origen inmediato en el área in store que, enmarcada en el departamento de márketing, se dedica a mejorar el punto de venta, entre otras tareas.
"Teníamos que llevar a los profesionales a los establecimientos, allí donde se generan los ingresos"
Las áreas de márketing y recursos humanos están implicadas en el diseño de este proyecto que, además, cuenta con la aprobación y el apoyo del comité de dirección. Tras la presentación de la iniciativa y el desarrollo de un plan de comunicación interna para despertar el interés de los empleados, LG puso en marcha un proyecto piloto en las oficinas de Madrid, que posteriormente se trasladó a las cuatro delegaciones comerciales y servicio técnico en cada provincia. La elaboración de un informe de potenciación de los puntos de venta cerraba este plan destinado a aumentar las ventas.
En la fase inicial de I love in store se visitaron 230 establecimientos. "Se hicieron grupos de tres personas, uno de ellos con coche de empresa para el traslado, y a cada uno se le asignó un rol: de compañía, de competencia y observador de la experiencia de compra", explica Carlos Olave, director de recursos de LG. Los embajadores de la multinacional visitan tres puntos de venta en la misma tarde y cada uno lleva un cuestionario en el que toma nota de la experiencia, evalúa y hacen sus sugerencias de mejora. Analizan la disposición del producto y sus posibles déficit a partir del contacto con el cliente. Con esta información se elabora un informe que, a través de una herramienta online, deben hacer llegar al departamento de márketing y de ventas, "ellos son los encargados de diseñar un plan de acción", aclara Olave.
"Hemos conseguido que los empleados fijen su atención en las ventas y rompan con la monotonía"
Una de las claves del éxito de esta inciativa es la implicación del comité de dirección, una sólida campaña de comunicación y un programa de formación que ha convertido a oficinistas en vendedores expertos en un tiempo récord. "Nuestros profesionales trabajan para LG y es en los establecimientos donde se venden nuestros productos. Había que poner a los empleados allí donde se generan los ingresos", dice Olave.
I love in store ya se considera un revulsivo en la cultura de la organización que ha generado un mayor nivel de participación y desempeño de la plantilla que se siente comprometida con la iniciativa. "Hemos conseguido que los empleados fijen su atención en aspectos que impactan en la compañía, de otra manera no lo hubieran hecho. Hemos roto la monotonía", concluye el director de recursos humanos de LG.
Sacar a más del 50% de sus empleados del despacho y colocarlos en el mostrador de sus establecimientos es la estrategia de esta multinacional para aumentar sus ingresos y motivar a los profesionales.
Hace poco más de cuatro meses LG envió a sus empleados a la calle para vender la tecnología 3D. Durante los días 11, 12 y 13 de julio los profesionales cambiaron su mesa de despacho por el mostrador para explicar a los consumidores el nuevo lanzamiento. Con esta iniciativa daban respuesta a una de las cuestiones más habituales en cualquier empresa: ¿Qué desea realmente el cliente? Para resolver el enigma, LG decidió que los mejores embajadores de la marca eran sus profesionales y ellos serían los encargados de averiguarlo. El objetivo estaba claro: aumentar sus ventas. El 70% de las decisiones de compra se toma en el punto de venta y un 57% de las personas que trabajan en LG no están relacionadas directamente con el punto de venta. Durante el desarrollo de la campaña 3D se vendieron 70 productos, 32 de ellos Cinema 3D.
Del despacho al mostradorAsí surge I love in store, una iniciativa para transmitir a la organización que cada puesto de trabajo no es sólo la mesa de oficina sino también la tienda. La denominación de este proyecto tiene su origen inmediato en el área in store que, enmarcada en el departamento de márketing, se dedica a mejorar el punto de venta, entre otras tareas.
"Teníamos que llevar a los profesionales a los establecimientos, allí donde se generan los ingresos"
Las áreas de márketing y recursos humanos están implicadas en el diseño de este proyecto que, además, cuenta con la aprobación y el apoyo del comité de dirección. Tras la presentación de la iniciativa y el desarrollo de un plan de comunicación interna para despertar el interés de los empleados, LG puso en marcha un proyecto piloto en las oficinas de Madrid, que posteriormente se trasladó a las cuatro delegaciones comerciales y servicio técnico en cada provincia. La elaboración de un informe de potenciación de los puntos de venta cerraba este plan destinado a aumentar las ventas.
En la fase inicial de I love in store se visitaron 230 establecimientos. "Se hicieron grupos de tres personas, uno de ellos con coche de empresa para el traslado, y a cada uno se le asignó un rol: de compañía, de competencia y observador de la experiencia de compra", explica Carlos Olave, director de recursos de LG. Los embajadores de la multinacional visitan tres puntos de venta en la misma tarde y cada uno lleva un cuestionario en el que toma nota de la experiencia, evalúa y hacen sus sugerencias de mejora. Analizan la disposición del producto y sus posibles déficit a partir del contacto con el cliente. Con esta información se elabora un informe que, a través de una herramienta online, deben hacer llegar al departamento de márketing y de ventas, "ellos son los encargados de diseñar un plan de acción", aclara Olave.
"Hemos conseguido que los empleados fijen su atención en las ventas y rompan con la monotonía"
Una de las claves del éxito de esta inciativa es la implicación del comité de dirección, una sólida campaña de comunicación y un programa de formación que ha convertido a oficinistas en vendedores expertos en un tiempo récord. "Nuestros profesionales trabajan para LG y es en los establecimientos donde se venden nuestros productos. Había que poner a los empleados allí donde se generan los ingresos", dice Olave.
I love in store ya se considera un revulsivo en la cultura de la organización que ha generado un mayor nivel de participación y desempeño de la plantilla que se siente comprometida con la iniciativa. "Hemos conseguido que los empleados fijen su atención en aspectos que impactan en la compañía, de otra manera no lo hubieran hecho. Hemos roto la monotonía", concluye el director de recursos humanos de LG.
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