¿Estás preparado para trabajar en varias empresas?
Ya sea por obligación o por elección, combinar varios trabajos implica un cambio en la actividad laboral que pasa por la organización escrupulosa del tiempo y por el cumplimiento de ciertos requisitos legales.
Un total de 360.000 españoles, lo que supone un 2% de los asalariados, combina el pluriempleo y la pluriactividad, es decir, trabaja por cuenta ajena y también desarrolla algún tipo de actividad como autónomo. Quien facilita estos datos es Antonio López, director sectorial de Adecco. «En Suecia, el 8%; en Alemania, el 4%; y en Francia, el 3,5% de la población trabaja bajo estas modalidades. No se trata de un síntoma peyorativo, sino de progreso. Cada vez se trabaja más por proyectos y creo que es lo que conformará el mercado laboral de mañana», añade. Cambio de paradigmaa Bien por deseo o por necesidad –en muchos casos, jornadas más reducidas y contratos por un tiempo más corto obligan a trabajar para varios empleadores–, el pluriempleo vuelve a escena. ¿Estás preparado para trabajar para más de una empresa? Y lo más importante, ¿saben las organizaciones cómo gestionar de manera adecuada a los empleados que además trabajan para otros pagadores?
Estos profesionales tienen varios trabajos y, casi siempre, la cultura corporativa y los valores de cada una de las empresas a los que prestan sus servicios les suelen ser ajenos. Pilar Jericó, presidenta de Be-Up, explica que «la mayoría de las personas que se ve abocada al pluriempleo lo hace por una cuestión racional, no emocional. Por este motivo resulta complicado generar ese compromiso que alimenta la productividad en las organizaciones. Los pluriempleados realizan su trabajo porque les pagan y ahí finaliza su compromiso».
José Manuel Gil, profesor de Deusto Business School y especialista en gestión del cambio, coincide con Jericó en que «si se contrata a una persona por una jornada o por un periodo de tiempo muy corto, firma un compromiso muy bajo. Se trata de algo recíproco, la empresa no puede pretender una dedicación exclusiva».
Es cierto que muchas empresas recurren a la contratación parcial por cuestiones de producción y, según José Ramón Pin Arboledas, profesor del IESE, «bajo esa modalidad el empleado es más productivo». Sin embargo, apunta que «así como en las década de 1950 y 1960 el pluriempleo era una práctica habitual entre los españoles, las nuevas generaciones no están acostumbradas a ello, porque implica una organización del tiempo».
Pin habla de dos tipos de trabajo a tiempo parcial: «El subempleo, que surge como solución para completar ingresos; y aquel que se busca por conveniencia para organizar mejor la jornada laboral. En Holanda, esta última práctica es habitual entre los profesionales liberales que quieren disponer de tiempo para disfrutar de su ocio. No obstante, en los países subdesarrollados el pluriempleo nace fundamentalmente de la necesidad. Es un error identificar todo el trabajo a tiempo parcial con el subempleo». El trabajo que viene Gil explica que trabajar para varios empleadores implica un cambio en la forma de pensar: «Este tipo de puestos hay que asumirlos como un producto, un medio de vida. El profesional es responsable de su desarrollo, de su márketing y, si se lo puede permitir, tiene que definir lo que quiere o no hacer. Recupera su libertad, es dueño de su tiempo. Se rompe la vinculación con una compañía, ellos deciden para quién trabajar».
Pin advierte de que el trabajo que se está creando es el del no contrato, es decir, se establece una relación mercantil con el pagador. «Lo que están haciendo muchos profesionales es prestar sus servicios a una empresa, no su tiempo, y de esta manera facturan su relación contractual». Añade el profesor del IESE que gestionar esta nueva forma de trabajar tiene que ver con la capacidad de saber decir ‘no’: «Tras varios años como pluriempleado, el profesional tiene que aprender a escoger para lograr una estabilidad emocional y laboral».
El colectivo más desfavorecido en el pluriempleo es el de baja cualificación. Gil cree que «está indefenso ante un escenario para el que no ha sido formado y es necesario prepararlo para ello. Estos empleados han aprendido a trabajar por horas, no por proyectos. Trabajar muchas horas no es trabajar bien. Es necesario establecer una relación equitativa».
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