viernes, 8 de marzo de 2013

PARA PROGRESAR DEBEMOS TENER UN DEPREDADOR Y SOBREVIVIR.


Una Europa de estresados y absentistas

Uno de cada cuatro trabajadores sufre problemas de salud ligados a la tensión en el trabajo, que ya le cuestan a la Unión Europea 20.000 millones de euros. El reto está en prevenir. Sin embargo, casi la mitad de las empresas asegura no disponer de medios para proteger a sus plantillas.
El mal colectivo se expande por todos los estratos de la pirámide laboral europea, desde los escalones más bajos hasta la cúspide, sin discriminar países. Uno de cada cuatro trabajadores sufre problemas de salud ligados al estrés. Europa es un continente de empleados agobiados por sus obligaciones o presiones profesionales. Esta tensión laboral es la causa del 60% del absentismo, el problema sanitario más extendido en las oficinas; la nueva plaga, junto a la obesidad, del siglo en el que vivimos. Y lo peor es que amenaza con agravarse.
Según los datos de la agencia europea de la salud en el trabajo (OSHA), el 22% de los empleados que trabaja en alguno de los países de la Unión Europea padece inquietud y nerviosismo por culpa del empleo en niveles que afectan a su salud física. Además, el 20% de los europeos ha sufrido depresión en algún momento de su carrera, según el último informe realizado por la European Depression Association (EDA).
Esto hace del estrés un problema de salud de primer nivel con un enorme coste, tanto en términos económicos como de sufrimiento humano. Estas tensiones ocasionan problemas digestivos, disfunciones sexuales y están en el origen del 30% de las enfermedades degenerativas, según explica Pierre Daveze, vicepresidente del Stress Experts.
Los españoles, con un 21% de 'quemados', son los terceros de la UE que peor llevan la tensión en la oficina
El sufrimiento en la oficina también se traduce en números. Erosiona las economías empresariales y las nacionales. En 2002, mucho antes de la crisis, este problema ya le costó a Europa 20.000 millones de euros. En Francia, por ejemplo, la Seguridad Social gasta cada año 800 millones sólo en indemnizaciones ligadas a las bajas laborales por depresión. "Se trata de una enfermedad, un problema desconocido en el seno de las empresas", según el psiquiatra Marc Willard, autor del libro La depresión en el trabajo: prevenir y superarla.
Si hoy un tercio de los trabajadores europeos ya padecen las consecuencias de las tensiones profesionales, en los próximos años la crisis se acentuará. Las reformas laborales en países como España, Italia y ahora también Francia agravarán este problema de salud, alerta la EDA, que calcula que la depresión alcanzará a 30 millones de asalariados.
La reducción de efectivos, la destrucción de derechos y la mayor flexibilidad que ahora tienen las empresas para despedir tendrán efectos secundarios. A los empleados se les exige más pero se les da menos, hay más inseguridad, más contratos temporales. Se trabaja más, por menos dinero y con más incertidumbre.
El reto está en prevenir, para no tener que curar. Pero el 43% de los directivos asegura no disponer de medios para proteger a sus plantillas. En parte porque el problema sigue siendo un tema tabú en algunos países, a pesar de que "hay una demanda real de formación por parte de los dirigentes de empresas para saber como tratar el problema", según Marc Willard.
En otros lugares, la lucha contra el estrés sí forma parte de la política social. En Francia, por ejemplo, hace años se aprobó un plan para luchar contra lo que denominan "riesgos psicosociales". Se trata de una lacra que le resta entre 3 y 4 puntos a su Producto Interior Bruto (PIB).

Los británicos, los que más se agobian
En algunos Estados el trabajo deprime más que en otros. En Italia, con un 12% de depresivos diagnosticados, estos temas se viven con menos intensidad que en Reino Unido, donde la tasa alcanza el 26%, según la European Depression Association.

El organismo interrogó a más de 7.000 asalariados de siete países europeos, entre ellos España. Sus datos desvelan que, tras los británicos, los turcos son los que más sufren por culpa de la oficina. El 23% ha estado alguna vez de baja por depresión. Tras ellos, los españoles, con un 21% de quemados, son los terceros que peor llevan la tensión y ansiedad de los temas profesionales.

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