2.- Cuando las empresas y los
mercados, en su conjunto, están funcionando correctamente y están regulados de
forma efectiva por los gobernantes, realizan una irremplazable contribución al
bienestar material, e incluso, al bienestar espiritual de la humanidad. Cuando
la actividad económica se lleva a cabo de forma justa y efectiva los clientes
reciben bienes y servicios a precios justos; los empleados realizan un buen
trabajo y se ganan el sustento para ellos y sus familias; y los inversores
reciben un razonable beneficio sobre su inversión. Las comunidades ven que sus
recursos comunes se utilizan de forma correcta y aumenta el bien común total.
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