Aterrizó en España en los 2000, no existe un grado universitario para estudiarlo y ha sido recientemente aprobado por la Real Academia Española. Definido como persona que asesora a otra para impulsar su desarrollo profesional y personal, el coach es una nueva profesión con cientos de ejercientes. Los expertos mantienen que es imposible saber el número total. Algunos se asocian a los colectivos internacionales y otros van por libre. ¿Es el coaching la nueva burbuja?
“Aparecen escuelas como setas y es importante que la formación esté avalada por universidades, escuelas de negocio o asociaciones internacionales de prestigio”, apunta Mayte Gómez, subdirectora del Instituto Coraops, con el que la Universidad Complutense de Madrid acaba de lanzar la primera Cátedra Extraordinaria de Coaching y Management.
En España no existe un número oficial de las personas que se dedican al coaching, una disciplina surgida en los años 70 en Estados Unidos con la publicación del libro El juego interior del tenis (1974) de Timothy Gallwey. El autor y capitán del equipo de tenis en la Universidad de Harvard explicaba que los tenistas no aprenden con consejos, sino mirándose a sí mismos en el espejo y comparándose con los mejores. Exponía que existen dos tipos de partidos: el exterior (que se juega sobre el campo y todo el mundo ve) y el interior (que consiste en vencer las propias limitaciones mentales). Gallwey defendía que el gran jugador primero vence el partido en su mente. En los años 80 el británico John Whitemore le tomó el relevo e introdujo en Europa el coaching ejecutivo y personal.
En los útimos 12 años esta disciplina ha proliferado a escala global y la International Coach Federation (ICF) ha pasado de 3.000 socios en 35 países a 25.000 en 113
¿Qué hace un coach? “A diferencia de un psicólogo que te da consejos, el coach te hace preguntas para que tú solo llegues a las respuestas. Hace de guía”, explica Joaquim Valls, director del Máster en Desarrollo Directivo, Inteligencia Emocional y Coaching de EAE Business School. El antecedente del coaching más antiguo es Sócrates en el 470 antes de Cristo con el método mayeútico que consistía en hacer preguntas al interlocutor hasta que éste llegaba a sus respuestas, profundizando en lo esencial, expone Valls.
En los útimos 12 años esta disciplina ha proliferado a escala global y la International Coach Federation (ICF), la mayor organización de coaching del mundo, ha pasado de 3.000 socios en 35 países a 25.000 en 113 -en España hay más de 700 asociados en activo-. Otro dato de interés es que entre el 25% y el 40% de las 500 empresas más potentes de Estados Unidos según la revista Fortune emplea el coaching ejecutivo , indica un estudio de la consultora internacional Hay Group.
El perfil medio del coach en España ronda los 41 años, tiene unos 14 clientes (coachees) al año y cobra 250 euros por sesión
En España existen múltiples centros y escuelas que forman en coaching, pero según los expertos consultados, es importante que estén certificados por organizaciones internacionales reconocidas como ICF o EMCC (European Mentoring & Coaching Council) o su filial española AECOP. Si el programa se imparte en colaboración con universidades o escuelas de negocios también es señal de calidad formativa.
"Una persona que hace un curso de dos semanas y se autodenomina coach no tiene ninguna validez", destacan desde ICF. Esta institución solo acredita los programas de las escuelas que cumplen con unos mínimos de calidad y requisitos. Además, para que los coaches puedan conseguir una certificación exigen un mínimo de 100 horas de experiencia en procesos de coaching acreditadas por 8 clientes y superar un examen. Una vez superado, obtienen el primer rango de certificación.
En EAE Business School el aprendizaje se basa en el llamado coaching ontológico: entrenar el ser. “Hay muchas personas que tienen tus habilidades, pero tu manera de ser multiplica la obtención de resultados. Nuestro método se basa en reeducar la personalidad para alcanzar el carácter de una persona de éxito”, explica Joaquim Valls. De todo lo que una persona hace a lo largo del día, solo el 10% es consciente. Los coach entrenan el 90% restante; a través de preguntas van entrando en la parte inconsciente. “Te das una bofetada, descubres las razones subyacentes de lo que haces y de lo que quieres hacer”. Este máster está orientado tanto a directivos que quieren entrenar a sus equipos para que funcionen mejor como a quienes se quieren dedicar al coaching profesional.
El perfil medio del coach en España ronda los 41 años, tiene unos 14 clientes (coachees) al año y cobra 250 euros por sesión -con una duración de una hora y media-, según la encuesta EMCE, elaborada en 2012 por miembros de AECOP.
“La mayoría de nuestros alumnos están colegiados en su actividad profesional. Es gente que cuenta con experiencia y que quiere dar un paso más en su carrera incorporando el coach”, señala Herminia Gomà, directora del Máster en Coaching Ejecutivo y Personal que imparte la Universitat de Barcelona en colaboración con el Institut Gomà. En los procesos de coaching se trabaja del presente al futuro, el pasado no se toca. “Es un proceso de cambio en el que el coach acompaña al cliente en el logro del objetivo que quiere alcanzar. Trabajamos con la parte sana, con el talento y las competencias, no con la parte disfuncional. Si el cliente quiere resolver algo del pasado, debe hacerlo con un psicólogo y con psicoterapia”. El coach ayuda a su cliente a mirar la realidad desde otro paradigma. Gomà alude a la metáfora del helicóptero. “El que pilota el cambio es el cliente, el coach le acompaña y le ayuda a que se levante y adquiera una visión panorámica que le permitirá ir en línea recta a dónde quiera llegar”.
La mayoría de profesionales no está de acuerdo con la definición de coach de la RAE. “No es un asesor ni un experto, es alguien que se pone al lado de su cliente y le da otros referentes de observación”, asegura Jordi López, director del Máster en Coaching Ejecutivo y Personal de la Universitat Pompeu Fabra. Esta disciplina bebe de diferentes ramas como la psicología, la filosofía o la neurociencia (trabaja temas de atención, memoria, inteligencia creativa o motivación). En opinión de López, el hecho de que grandes empresas del sector energético o financiero estén formando a sus ejecutivos con procesos de coaching no es una moda. “Las técnicas tradicionales de venta se han agotado y ya no son efectivas. Ayudamos a que el equipo detecte sus fortalezas y debilidades. El coaching no es una fórmula magistral, sino una medicina planteada a medida del equipo”.
Para Macarena Vallejo, subdirectora del Máster en Coaching Personal y Grupal de la Universidad de Málaga, el éxito de esta metodología es su idoneidad para los rápidos procesos de cambio que experimenta el mercado. “Se necesitan herramientas emocionales para reaccionar a tiempo. Gracias a la inteligencia emocional se aprende a regular y gestionar los equipos o a establecer planes de acción. Estas habilidades mejoran los resultados”.
Tenemos más potencial del que ponemos en marcha y necesitamos un guía que nos ayude a descubrir las áreas que tenemos por explotar, defiende Jesús Mari Iturrioz, director académico del Máster en Coaching Ejecutivo de Deusto Business School.