¿SERÁS CAPAZ DE CAMBIAR DE VIDA LABORAL?
Una mayoría de españoles se siente satisfecha de trabajar
en puestos que no tienen que ver con su formación. Esto habla de cambios
radicales en la vida laboral como solución para encontrar empleo. El 87% de los
españoles valora positivamente haber desempeñado empleos no relacionados con su
formación. Este dato, aportado por un reciente estudio elaborado por Adecco,
recuerda el dilema de "no tengo trabajo porque no tengo experiencia, y no
tengo experiencia porque nadie me da un empleo", un círculo vicioso en el
que quedan atrapados muchos candidatos y que se une al hecho de que en el nuevo
mercado laboral los niveles de exigencia en lo que se refiere a cualificación
son cada vez más altos, pero la adecuación de esas cualificaciones a las
necesidades reales de las empresas resultan muy difíciles de ajustar.
La Encuesta Adecco sobre Trayectoria Profesional habla
asimismo de que hoy la estabilidad en el empleo no se refiere a mantener el
mismo trabajo en la misma empresa. Ni siquiera en el mismo sector y, lo que es
aún más sorprendente, tampoco en la misma carrera. Tenemos varias identidades
profesionales y no debemos aferrarnos a una única.
Cualquiera puede cambiar su carrera, y hoy se debe
reconocer la necesidad de ser muy flexible. Quizá por ello, la solución que
cada vez más expertos sugieren a quienes buscan con dificultad y sin demasiado
éxito un empleo o desean cambiar su trayectoria profesional es
"reinventarse". Llega la hora del cambio radical. Si esto no te suena
a nuevo, tampoco lo hará el hecho de que debemos crear nuestra propia
estabilidad laboral desarrollando un nuevo juego de habilidades transferibles y
pensar a largo plazo, tratando de adelantarnos a los cambios. Para nadie es
nuevo que el trabajo para siempre se acabó.
También es de sobra conocido que cambiar de empleo o de
carrera profesional podría llegar a ser como cambiar de coche. Hay estudios
(citados ya varias veces) que cifran entre 7 y 10,5 la media de puestos que
podríamos tener dentro de un lustro en una sola vida laboral. La enorme
velocidad es el sustrato de todos los cambios. Hay nuevas preferencias sociales
que dan lugar a nuevas profesiones, los perfiles se modifican con gran rapidez
y se trabaja en función de todo esto.
Linda Gratton, experta en organización del trabajo,
explicaba recientemente en Financial Times que "lo que está a la orden del
día es lo que podríamos llamar monogamia en serie referida a las
carreras".
La Encuesta Adecco sobre Trayectoria Profesional hecha
pública ayer refleja que siete de cada diez empleados afirman que en algún
momento de su carrera profesional han desempeñado algún trabajo que no estaba
relacionado con su formación y/o experiencia previa. Haber trabajado en empleos
diferentes ha supuesto una experiencia positiva para la inmensa mayoría de los
encuestados, bien porque les ha aportado mayor experiencia en su currículo,
porque ha supuesto una forma de contacto con el mercado laboral o porque les ha
permitido pasar a otras áreas de la empresa más relacionadas con su formación
(8%). Sólo para el 13% de los encuestados, estos empleos les ha reportado
únicamente el beneficio de tener una remuneración. Y esto habla asimismo de
cómo se tiende cada vez menos a preferir un buen sueldo a tener un trabajo que
a uno le haga feliz. El dinero no puede ser el único impulsor del cambio Hay un
denominador común cuando se analiza qué es lo que más valoran los empleados en
una organización. Por un lado está la flexibilidad –horaria, teletrabajo, o
referida a los medios que pone la empresa para la ayuda familiar–, y hay
factores como el desarrollo y las oportunidades de formación y crecimiento –las
que harán que más tarde la retribución sea mayor– o los aspectos culturales,
más apreciados por las jóvenes generaciones, que tienen otra forma de entender
la relación entre empleado y empleador. Debes tener en cuenta que el concepto
de felicidad guarda relación con la decisión de trabajar en una empresa de
forma comprometida. Si buscas sólo el sueldo quizá te interese saber que los
expertos calculan que la motivación extra que proporciona un aumento dura
apenas tres meses, y las ocupaciones que producen más satisfacción son las que
implican un mayor grado de realización personal, y se basan por tanto en las
actividades que aportan un alto valor. Aquí el dinero no tiene mucho que ver
con ser feliz en el trabajo. Conseguir un empleo sin tener experiencia El reto
es que las empresas y los empleados cambien, piensen y actúen de modo
diferente, y que se brinde la oportunidad a personas sin experiencia pero con
las actitudes correctas. Parece claro que el currículo y la experiencia real
–perfil hard– es una condición necesaria, pero que ya no resulta suficiente.
Las teclas que predicen el éxito del desempeño están en el mundo de la
personalidad o de las competencias, y prescindir de esto resulta suicida. La
diferencia entre el desempeño excelente y el fracaso son las cualidades
personales. Desde hace años hay muchos tipos de organizaciones interesadas en
universitarios que hayan cursado un posgrado pero que no tengan una experiencia
definida, con la idea de incorporar a profesionales para desarrollarlos
internamente. Para ciertas profesiones la experiencia resulta fundamental, y
hasta ahora se valoraba, pero esto puede dejar de ser la moneda de cambio en el
mercado del talento. Hay quien piensa que en vez de seleccionar en función de
una carrera dilatada se tenderá a escoger por actitudes y por cultura. Si la
gente no tiene experiencia, lo que se valora es la actitud, y el empleado con
éxito destacará por su actitud, entusiasmo y ganas de aprender.
Sienta las bases de una transformación total Para el
cambio radical de tu vida profesional la clave está en pensar a largo plazo,
tratando de adelantarse a los cambios del mercado. No te centres únicamente en
la búsqueda de posiciones similares a las que has desarrollado hasta ahora.
Trabaja tu reputación teniendo en cuenta que la relación entre empleado y
empleador ya no es de por vida. Esto transforma la manera en la que entiendes
tu carrera o tu profesión. Tendrás que adaptarte a la llegada de nuevos modelos
de compromiso, de carrera y a la posibilidad de trabajar por proyectos, o tener
en cuenta las posibilidades de empleo independiente. Enfócate hacia aquello en
lo que eres realmente bueno, y piensa que eres un proveedor de servicios. Debes
olvidar para siempre la idea de que será una empresa tradicional la que te
contrate y te pague un sueldo. Nueva forma de entender el 'estar desempleado'
Si todo esto es cierto, y el trabajo para siempre se acabó, también habrá que
revisar las actitudes, estrategias y percepciones que tenemos acerca de ese
periodo de transición entre empleo y empleo. Lo que para casi todos es una
situación incómoda, que muchos ocultan (aunque busquen activamente un trabajo),
cambiará radicalmente. Se trata de que, en vez de hablar de parados estaremos
ante "profesionales en transición", con un estatus diferente, una
nueva actitud, una identidad peculiar (que hay que mantener y cultivar), una
filosofía de vida y una dedicación profesional específica al difícil trabajo de
buscar un puesto. La tendencia es que nuestra actividad quede ligada a
diferentes proyectos, y tendremos que acostumbrarnos a ir saltando de puesto en
puesto. La estancia en cada trabajo será más corta cada año, y este tipo de "transiciones"
se darán cada vez más veces en nuestra carrera.
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