sábado, 31 de enero de 2015

¿VIVIR CÓMODAMENTE RODEADA DE ADULADORES, O ESFORZARSE POR TRABAJAR CON GENTE QUE TE SUPERA, TE INCENTIVA Y QUE SABE MÁS QUE TU?

Quién te hace brillar y quién te hunde

¿Vivir cómodamente rodeado de aduladores, o esforzarse por trabajar con gente que te supera, te incentiva y que sabe más que tú? Ineficaces y tóxicos frente a productivos y motivadores. Debes saber lidiar con todos ellos y sacar lo mejor de ti.

Trabaja con los mejores sin miedo a la competencia Puedes ser empleado o jefe, pero lo que no debes hacer nunca es dejarte vencer por el temor a rodearte de gente que te supere o que sepa más que tú. Resulta fundamental procurar trabajar con los mejores si se quiere mejorar y prosperar en la carrera profesional. El mejor camino para hundirse es estar rodeado de mediocres. Recuerda que los número uno se juntan siempre de números uno; y los número dos, con números tres y cuatro, y esto termina por generar bolsas de incompetencia que se convierten en multiplicadores de la ineptitud.

* No debes temer a la competencia interna. El peligro de ésta se da cuando se reduce la aportación de valor añadido que supone sumar ideas y planteamientos y nos dedicamos a enfrentarnos y a proteger nuestra posición sin colaborar.
* Plantéate incluso la bondad de tener un "eneamigo" en el trabajo. Este concepto de frenemy (eneamigo) describe el problema de los conflictos de roles que puedes tener en tu esfera laboral. El eneamigo es aquella persona –en este caso colega– con la que te une un vínculo de amistad, pero cuyas acciones, actitudes y desempeños son nocivos para ti. Al final, esa amistad puede tener cierta carga de autodestrucción, pero ser amigo de un rival o competidor siempre es inteligente. Aquí hablamos de coopetencia. Si competencia significa que uno gana y otros pierden, la coopetencia supone que todos ganan. Hay que ser capaz de sacar al profesional por encima de la persona. Debemos tener la habilidad de hacer valer los intereses profesionales y eliminar la batalla de egos.
* En ese equipo de los mejores en el que debes apoyarte deben existir ciertos perfiles: es necesario alguien que esté dispuesto a hacer todos los trabajos que nadie más quiere hacer; un encargado de detectar cuando alguien del equipo no es feliz o no está satisfecho (el experto en personas); y no puede faltar el que está dispuesto a nadar siempre contracorriente; o el "observador", que se convierte en los ojos y oídos del grupo, que ve en perspectiva lo que ocurre y puede predecir los problemas antes de que sucedan.
* En cualquier caso, al rodearse de los mejores debes contribuir a evitar la formación de un grupo indeseable de simples prima donnas, ingobernable y que se convierta en caldo de cultivo de múltiples problemas. El trastorno de una prima donna para el resto del equipo puede resultar perjudicial para toda la organización. Si decides lidiar con este tipo de profesionales, recuerda que se trata de individuos de alto rendimiento, difíciles de tratar, y que aportan a pesar de todo un gran valor a la compañía. Hay que entender que pueden ser reconducidos adecuadamente. Requieren de un mentoring adicional, porque es gente que se cree por encima de cualquier reproche, que necesita su espacio para pensar, no sólo sobre el negocio, sino sobre ellos mismos y sobre la posibilidad de que puedan representar un problema.
* Si la marca de la compañía está bien pensada y tiene unos valores claros, la desaparición del profesional estrella no tiene por qué ser perjudicial. Nos enganchamos a la marca de una compañía por sus valores y lo que esta representa.
* En esa búsqueda de los mejores puede suceder que te rodees de empleados valiosos pero que resultan muy caros para la organización. Lo más sensato es retenerlos. Saber quiénes son los mejores talentos y que exista una espiral del compromiso y no sólo una mera relación de trabajo. Hay que hacer todo lo posible para que quieran seguir y que crean en el proyecto. El camino de la perdición: rodearse de mediocres Calcula el cociente entre los problemas que te llegan y los que resuelves. Analiza si eres de los que se dedican al micromanagement que lleva aparejado un perfeccionismo exagerado y una obsesión absurda por el detalle; o si eres el típico profesional que cambia constantemente de prioridades y parece estar siempre muy ocupado, absolutamente desbordado.

Este tipo de actitudes se suelen dar en organizaciones que hacen del presentismo un vicio rentable (aunque tóxico). Lo único que hace es generar falsos imprescindibles que tienden a estar siempre en la oficina aunque no hagan nada productivo; o profesionales instalados en una hiperactividad estúpida basada en actividades inútiles sin valor. Es todo lo contrario a la eficacia y a la productividad. Evita rodearte de estos individuos, así como de los zombies profesionales y de los aduladores, una forma elegante de denominar a los pelotas de toda la vida.
* Los que más papeletas tienen para ser olvidados tras una ausencia prolongada son aquellos que intentan tomar el menor número de decisiones posibles. Nunca se arriesgan y delegan todo buscando el consenso. No se anticipan y buscan excusas y dedican su tiempo a tareas que implican pocas decisiones, no demasiado estratégicas, y parecen muy ocupados.
* Otro problema es el de las organizaciones en las que prima la adulación por encima de los resultados y las verdaderas capacidades profesionales. Aquí hay que tener en cuenta que el pelota vive y prospera en la empresa gracias al ego de su amo. Suele ser un elemento dócil, inútil e ineficaz, aunque causa sorpresa ver cómo alguien tan poco operativo puede alcanzar el favor del jefe. Es algo parecido a lo que ocurría con los bufones: no molestaban, no restaban y entretenían.
El problema de la adulación excesiva es que el adulado lo permita. Hay quien necesita a gente alrededor que actúe de esta manera y favorecen la proliferación de estos individuos que se creen necesarios para la empresa e ignoran absolutamente su falta de compromiso con el equipo. Son egoístas y prefieren resignarse a vivir a la sombra del poder, pensando que forman parte de él.
Si trabajas con aduladores profesionales debes tener en cuenta que éstos sólo tienen ese talento, y son especialistas en buscar un modelo de organización que tolere desde arriba el hecho de que lo principal sea ser fiel a la organización, aunque vaya en contra de los resultados.
* La cara negativa de rodearse de mediocres implica que, cuando un jefe se involucra erróneamente con las personas de su equipo pierde objetividad. La cercanía lleva a valorar más al que está cerca, en detrimento de personas más cualificadas. Promocionar de este modo es también propio de alguien con hábitos de liderazgo mediocres.
La falta de objetividad por parte del jefe es una de las consecuencias negativas de primar las relaciones personales. No siempre ascienden los buenos, y hay un perfil de gente que sabe gestionar hacia arriba. Saber venderse y estar cerca del jefe es una habilidad incuestionable, y en entornos que favorecen la mediocridad algunos se orientan sólo a esto.
* Ten en cuenta, sin embargo, que no todos los "elementos tóxicos" afectan negativamente a la vida en la oficina o a la productividad: los narcisistas también pueden resultar muy carismáticos y pueden servir de inspiración a sus acólitos y ser unos grandes mentores; el compañero pasivo agresivo, el árbitro de la oficina, no suele llevarse bien con los demás, el juicio a los demás, pero hay quien piensa que puede tener aspectos positivos, si se utiliza para fomentar la cooperación y motivar al resto de compañeros.

sábado, 24 de enero de 2015

EL ÉXITO EN LOS EMPRENDEDORES

¿Qué determina el éxito de los emprendedores?

Los emprendedores conciben el triunfo como la confluencia de cinco elementos: autorrealización, propósito, innovación, excelencia y beneficio. Así se desprende del I Barómetro Chivas Regal del Emprendimiento de Éxito en España, en el que han participado 110 empresarios y 14 expertos analistas.

El emprendedor de éxito español es, por lo general, un hombre de entre 31 y 40 años, con una edad media de 37,6 años, con ejemplos familiares previos en lo que a emprendimiento se refiere, un nivel educativo alto (máster o doctorado), un carácter optimista, generoso y que mantiene el equilibrio y, muy probablemente, reside en Madrid.
Así son el 60% de los entrevistados con motivo del I Barómetro Chivas Regal del Emprendimiento de Éxito en España, un estudio elaborado por Opinno, editor MIT Technology Review en español, que aporta una visión novedosa de las claves que han llevado al éxito a distintos emprendedores, y que puede resultar una herramienta útil a modo de «guía» para empresarios que estén dando sus primeros pasos o quieren emprender su proyecto.
Del estudio, en el que han participado 110 empresarios y 14 expertos de distintas áreas de conocimiento, se desprende que el concepto de éxito ha cambiado. Mientras que la definición tradicional pone el énfasis en aspectos materiales como la rentabilidad, la riqueza alcanzada, la facturación, o la venta de la empresa, la visión actual del éxito que describen los emprendedores españoles apunta hacia una combinación de logros, tanto económicos como sociales y personales.
En la actualidad, los emprendedores conciben el éxito como la confluencia de cinco elementos: autorrealización, propósito, innovación, excelencia y beneficio, por orden de importancia. No obstante, la forma de definir el éxito varía en función de la edad, experiencia previa, género o madurez del proyecto.
España es un país emprendedor
En el caso de los españoles, los más jóvenes se decantan por la faceta de la autorrealización y por el propósito, mientras que los más mayores optan por considerar la excelencia como el aspecto más importante de su visión del éxito. Todos los sectores de edad consideran el beneficio como el menos relevante. Para Clemente Cebrián, fundador de la marca de moda El Ganso: «La definición del éxito es independiente de lo económico. Para mí, lo que lo define es el triunfo de tu producto, la sensación de 
contemplar cómo tu idea se materializa en algo con lo que la gente se identifica».
El Barómetro concluye que España es un país emprendedor, que ya cuenta con casos exitosos que prueban que existe talento. Los expertos conocedores de múltiples ecosistemas de emprendimiento, como Antonio Fontanini, identifican cinco elementos que deben darse para que puedan nacer proyectos que revolucionen el panorama tecnológico: Talento, educación,
 inversores, cultura del riesgo y tolerancia al fracaso y grandes empresas que compren startups.
De estos cinco elementos, y según el informe, España cuenta al menos con los dos primeros pero tiene mucho por hacer en el resto. No obstante, la eliminación de trabas legislativas y el cambio cultural al que está empujando la crisis pueden llevar a que nuestro país reúna en el futuro las condiciones necesarias para situarse a la vanguardia del emprendimiento tecnológico.
Optimismo frente a la crisis
El optimismo es el primer y más llamativo rasgo del perfil del emprendedor identificado. El 76% de los entrevistados considera que la crisis ha tenido un impacto más positivo que negativo sobre su proyecto. Esta valoración indica que los emprendedores de éxito son capaces de ver en los problemas, oportunidades, lo que les ha permitido salir airosos de una época de dificultades.
La crisis también ha dado lugar a cambios más radicales de la mano de emprendedores capaces de «reinventar» los modelos de negocio para generar nuevas formas de obtener beneficios, y explotar nichos en el mercado que no estaban siendo aprovechados.
En el estudio han colaborado emprendedores de la talla de Alfonso Jiménez de Cascajares, Marcos Alves de Eltenedor, Gustavo García de BuyVip, María López de Bitbrain, Diego Cabezudo de Gigas, Pilar Manchón de Indisys, Íñigo Juantegui de La Nevera Roja o Ramón Sánchez de Nonabox, entre otros.

martes, 20 de enero de 2015

¿ESTÁS PREPARADA PARA TRABAJAR EN VARIAS EMPRESAS?

¿Estás preparado para trabajar en varias empresas?

Ya sea por obligación o por elección, combinar varios trabajos implica un cambio en la actividad laboral que pasa por la organización escrupulosa del tiempo y por el cumplimiento de ciertos requisitos legales.

Un total de 360.000 españoles, lo que supone un 2% de los asalariados, combina el pluriempleo y la pluriactividad, es decir, trabaja por cuenta ajena y también desarrolla algún tipo de actividad como autónomo. Quien facilita estos datos es Antonio López, director sectorial de Adecco. «En Suecia, el 8%; en Alemania, el 4%; y en Francia, el 3,5% de la población trabaja bajo estas modalidades. No se trata de un síntoma peyorativo, sino de progreso. Cada vez se trabaja más por proyectos y creo que es lo que conformará el mercado laboral de mañana», añade. Cambio de paradigmaa Bien por deseo o por necesidad –en muchos casos, jornadas más reducidas y contratos por un tiempo más corto obligan a trabajar para varios empleadores–, el pluriempleo vuelve a escena. ¿Estás preparado para trabajar para más de una empresa? Y lo más importante, ¿saben las organizaciones cómo gestionar de manera adecuada a los empleados que además trabajan para otros pagadores?
Estos profesionales tienen varios trabajos y, casi siempre, la cultura corporativa y los valores de cada una de las empresas a los que prestan sus servicios les suelen ser ajenos. Pilar Jericó, presidenta de Be-Up, explica que «la mayoría de las personas que se ve abocada al pluriempleo lo hace por una cuestión racional, no emocional. Por este motivo resulta complicado generar ese compromiso que alimenta la productividad en las organizaciones. Los pluriempleados realizan su trabajo porque les pagan y ahí finaliza su compromiso».
José Manuel Gil, profesor de Deusto Business School y especialista en gestión del cambio, coincide con Jericó en que «si se contrata a una persona por una jornada o por un periodo de tiempo muy corto, firma un compromiso muy bajo. Se trata de algo recíproco, la empresa no puede pretender una dedicación exclusiva».
Es cierto que muchas empresas recurren a la contratación parcial por cuestiones de producción y, según José Ramón Pin Arboledas, profesor del IESE, «bajo esa modalidad el empleado es más productivo». Sin embargo, apunta que «así como en las década de 1950 y 1960 el pluriempleo era una práctica habitual entre los españoles, las nuevas generaciones no están acostumbradas a ello, porque implica una organización del tiempo».
Pin habla de dos tipos de trabajo a tiempo parcial: «El subempleo, que surge como solución para completar ingresos; y aquel que se busca por conveniencia para organizar mejor la jornada laboral. En Holanda, esta última práctica es habitual entre los profesionales liberales que quieren disponer de tiempo para disfrutar de su ocio. No obstante, en los países subdesarrollados el pluriempleo nace fundamentalmente de la necesidad. Es un error identificar todo el trabajo a tiempo parcial con el subempleo». El trabajo que viene Gil explica que trabajar para varios empleadores implica un cambio en la forma de pensar: «Este tipo de puestos hay que asumirlos como un producto, un medio de vida. El profesional es responsable de su desarrollo, de su márketing y, si se lo puede permitir, tiene que definir lo que quiere o no hacer. Recupera su libertad, es dueño de su tiempo. Se rompe la vinculación con una compañía, ellos deciden para quién trabajar».
Pin advierte de que el trabajo que se está creando es el del no contrato, es decir, se establece una relación mercantil con el pagador. «Lo que están haciendo muchos profesionales es prestar sus servicios a una empresa, no su tiempo, y de esta manera facturan su relación contractual». Añade el profesor del IESE que gestionar esta nueva forma de trabajar tiene que ver con la capacidad de saber decir ‘no’: «Tras varios años como pluriempleado, el profesional tiene que aprender a escoger para lograr una estabilidad emocional y laboral».
El colectivo más desfavorecido en el pluriempleo es el de baja cualificación. Gil cree que «está indefenso ante un escenario para el que no ha sido formado y es necesario prepararlo para ello. Estos empleados han aprendido a trabajar por horas, no por proyectos. Trabajar muchas horas no es trabajar bien. Es necesario establecer una relación equitativa».

jueves, 8 de enero de 2015

¡¡¡NO TODO ES DIRECCIÓN FINANCIERA!!!

Nuevas capacidades profesionales que te harán invencible en 2015

¿Existe la fórmula ideal para encontrar empleo? De momento es posible conocer algunas de las exigencias que las empresas reclaman a los candidatos a un puesto. Siguiendo estas pistas es posible que puedas construir la imagen del profesional demandado por las compañías y adecuar tu perfil a lo que necesitan los reclutadores. Aquí va un catálogo de habilidades imprescindibles.
Nuevas capacidades profesionales que te harán invencible en 2015

Diferenciarse (profesionalmente) del resto es ya un requisito básico para llamar la atención de quienes buscan candidatos para un puesto. Conocer y adaptarse a las exigencias de las compañías es un seguro de éxito para triunfar en la búsqueda de empleo, una de las profesiones más difíciles.
En esa distinción profesional inevitable debemos estar preparados para hacer las cosas de un modo muy diferente a como las hacíamos hasta ahora. Si nuestro objetivo es el cambio, no queda más remedio que aportar un nuevo valor y presentar nuevas credenciales profesionales, capacidades y habilidades completamente distintas y adaptadas al nuevo mercado de trabajo.
Quienes buscan desesperadamente la fórmula de la reinvención profesional pueden seguir el catálogo de nuevas capacidades y habilidades, que se señalan como factores imprescindibles para adecuarse a las necesidades reales de las empresas y sirven por tanto para acceder a un empleo o cambiar de vida laboral.
Formación académica y conocimiento de idiomas son ahora necesarios pero no suficientes
Aunque nadie es insustituible, todos somos singulares, y resulta necesario hacer ver que todo lo que aportamos es diferente. Conviene pensar en nosotros como un producto para sacar más partido en nuestro trabajo. Así, una lista de fortalezas y debilidades asegura que ponemos en juego nuestros valores. ¿Cuánto pesa la formación académica? La formación académica fuerte y el conocimiento de idiomas –que antes eran claras ventajas competitivas– ahora son un bagaje de obligado cumplimiento. Necesario, pero no suficiente.
Entre las demandas de aquellos que buscan al candidato ideal está la capacidad para innovar y para convertir una dificultad en reto o posibilidad. La especialización es otro valor exigido, ya que se aprecian cada vez más los perfiles que conocen en profundidad algo concreto y que aportan valor muy rápido. Hay que aprender a marchas forzadas a reinventarse, y hemos de tener en cuenta que, además, cambia el paradigma de la dependencia –el hecho de que en una empresa nos aseguren el sueldo todos los meses–. Como profesional, debes fabricar tu propia marca y tu empleabilidad. El mercado laboral quiere especialización ahora mismo, y exige experiencia en cuestiones concretas.
También hay que tener muy en cuenta el liderazgo personal –desde dentro hacia afuera– como valor profesional, sin olvidar lo que algunos definen como espíritu imprendedor, que es el de los que miran a su alrededor y, si no encuentran las condiciones adecuadas, son capaces de crearlas. Crear estabilidad laboral Puesto que el trabajo para siempre se acabó, resulta vital crear nuestra propia estabilidad laboral desarrollando un nuevo juego de habilidades transferibles y pensando a largo plazo, y tratando de adelantarse a los cambios.
Tenemos que pensar en nosotros como un producto y poner en juego nuestros valores profesionales
La respuesta más eficaz a los cambios vertiginosos del mercado laboral cambiante es convertirse en un nuevo tipo de profesional, desarrollando precisamente nuevas competencias como la autonomía y la independencia; tratando de ser más emprendedor; fomentando las habilidades profesionales que tienen que ver con el dinamismo, el trabajo en equipo y la orientación a resultados.
Sin olvidar que las compañías tienden a seleccionar candidatos con capacidades para alcanzar acuerdos en las negociaciones y mejorar las condiciones coste-beneficio.
La revalorización profesional se demuestra además con la capacidad para mantener el estado de ánimo y permanecer estable ante los cambios. Gestionar nuestra carrera profesional y cambiar nos aporta valor. Competencias más valoradas Un reciente estudio elaborado por ManpowerGroup para el Human Age Institute, basado en una investigación de la Universidad Autónoma de Barcelona, se refiere asimismo a ciertas competencias de gran impacto (las más valoradas por parte de las empresas) que permiten detectar las nuevas habilidades que las organizaciones exigen a los profesionales que tratan de adaptarse a los cambios de un mercado laboral revolucionado.
Todas ellas pueden ser añadidas al catálogo de habilidades imprescindibles: el estudio también incide en la creatividad y la innovación, pero se refiere asimismo a la capacidad para trabajar en un entorno cambiante y a la flexibilidad o a la polivalencia.
Menciona otras habilidades ya citadas, como la orientación a resultados, la capacidad para trabajar en equipo, la capacidad de liderazgo, las habilidades relacionales y las de comunicación, y la habilidad para tomar decisiones y también para gestionar el estrés.
Según el estudio de Manpower-Group y la Universidad Autónoma de Barcelona, las ingenierías cobran cada vez más importancia, y el inglés es un requisito indispensable al que hay que añadir un aumento en la demanda de otros idiomas en los tres perfiles profesionales (directivo, técnico-mando intermedio-trabajador cualificado, y auxiliar).
Otra conclusión es que la capacidad más valorada en los tres tipos de perfiles es la habilidad para trabajar en un entorno cambiante, junto con la flexibilidad y polivalencia.
Por su parte la investigación Trabajar en 2033, de PwC, también sugiere nuevas capacidades profesionales decisivas. El informe sostiene que, frente a los conocimientos, tales habilidades y actitudes «son un complemento indispensable y diferenciador». Según los profesionales de recursos humanos encuestados, las competencias más solicitadas en los próximos años serán la adaptabilidad y flexibilidad; la habilidad multidisciplinar para desenvolverse en diferentes entornos y áreas de competencia y para adaptarse a los cambios; la innovación y creatividad; y las habilidades de comunicación y las interrelacionales que tienen que ver con la inteligencia social. Se trata de habilidades para entender, tratar y conectar con la gente del entorno, e incluyen aspectos como la capacidad para escuchar, la empatía, la asertividad, o ser bueno analizando el lenguaje no verbal de las personas.
Son habilidades necesarias para trabajar en equipo, pero también resultan indispensables en el contacto con el cliente. Ese nuevo perfil del cliente y las posibilidades de información que brinda la tecnología introducen asimismo la necesidad de profesionales con capacidad para analizar un gran volumen de datos. 10 HABILIDADES IMPRESCINDIBLES 1. Creatividad e innovación. Se buscan profesionales que demuestren creatividad en la manera de obtener sus resultados y que sean muy adaptables a las nuevas situaciones. Que hagan cosas nuevas, que inventen productos o servicios, que busquen canales diferentes, y que importen ideas de éxito probado o las creen.
2. Capacidad para trabajar en un entorno cambiante. Está relacionado con la habilidad para tomar decisiones: Debes plantearte la necesidad de una reacción inmediata ante una situación de cambio. Las compañías ya no tienen tiempo ni dinero para planes de formación exhaustivos, y la capacidad de decisión se perfila como una virtud necesaria en los candidatos altamente resolutivos y que permitan un retorno inmediato de la inversión cuando sean contratados.
3. Adaptabilidad, autoaprendizaje, capacidad de reciclaje o habilidad multidisciplinar tienen mucho que ver con este cambio.
4. Flexibilidad y polivalencia. Si eres un empleado capaz de trabajar en diferentes puestos; si eres un comodín y demuestras flexibilidad funcional, todo eso te revaloriza. Debes reconocer la necesidad de ser muy flexible. La ubicación geográfica o la disposición a moverte e incluso a cambiar de sector y de profesión tienen que ver con esto.
5. Habilidades relacionales y comunicativas. Se valora a los profesionales capaces de comunicarse en entornos diferentes y que puedan participar en proyectos internacionales. Cada vez más, se hace necesaria una alta capacidad relacional a todos los niveles; una apertura de miras y cultural desde el principio.
6. Todo esto incluye una faceta internacional relevante, por lo que tu valor se incrementa si sabes manejarse en diferentes culturas en sentido amplio. Lo que se valora es la capacidad para moverse con el mismo impacto en una cultura ajena. Ser eficaz en diferentes culturas. Va más allá que saber idiomas, una capacidad básica.
7. Experiencia. Se aprecia que saques valor de los proyectos en los que has intervenido.
8. Dominio de las redes sociales. Se trata de la calidad del trabajo que seas capaz de mostrar en los medios sociales, la manera en la que los utilizas, y si puedes usarlos como correa de transmisión de lo que eres capaz de hacer realmente.
9. Capacidad para fabricar tu propia marca. Que en una empresa te asegure el sueldo todos los meses deja de ser la norma. Es necesario fabricar nuestra propia marca y empleabilidad en un entorno en el que cambia la forma de trabajar. Hay que recurrir a nuevas soluciones y crear el propio trabajo, pensando como proveedor de servicios.
10. Movilidad geográfica. Más que una capacidad, se trata de una necesidad de las empresas que los candidatos deben aceptar como algo normal y consustancial al puesto y al desarrollo de su carrera.

jueves, 1 de enero de 2015

EL CAMBIO RADICAL NO ES UNA LOCURA

Cinco consejos para revolucionar tu vida profesional en 2015

Si has incumplido tus buenos propósitos de verano, ahora tienes una nueva posibilidad, más allá de apuntarte a un gimnasio. El nuevo año es una oportunidad para cambiar de vida laboral definitivamente.

Cuando regresaste al trabajo después del verano también te lo planteaste, y probablemente ahora vuelvas a hacerlo con la llegada del nuevo año: tus niveles de tolerancia a un trabajo o a una empresa que no te llenan, a tu jefe, o a una carrera profesional insatisfactoria están bajo mínimos... Y la perspectiva de 2015 quizá sea el punto de inflexión para cambiar definitivamente de vida profesional.
Irte de tu trabajo, de quien te manda o de tu compañía implica que evalúes el giro que estás a punto de dar. El cambio de sector o de profesión es una oportunidad, debes crear tu propia estabilidad laboral desarrollando un nuevo juego de habilidades transferibles y pensando a largo plazo, adelantándote a los cambios del mercado laboral.
Si tu objetivo es el cambio, debes aportar un nuevo valor y presentar nuevas credenciales profesionales, capacidades y habilidades completamente distintas y adaptadas al nuevo mercado de trabajo.

La clave

El cambio radical no es una locura. La estabilidad en el empleo ya no tiene que ver con mantener el mismo trabajo en la misma empresa, sector o carrera
Debes tener en cuenta que cada vez más profesionales que persiguen un cambio buscan el trabajo de su vida en alguna ocupación o carrera que nada tiene que ver con lo que habían hecho hasta ahora.
Lo primero que has de valorar si decides lanzarte a esa gran transformación profesional es que la estabilidad en el empleo ya no tiene que ver con mantener el mismo trabajo en la misma empresa; ni en el mismo sector, o en la misma carrera. Tienes varias identidades profesionales y no debes aferrarte a una única.
1. ¿Sabes qué recompensa te hace ser fiel a tu empresa o trabajo? Contestar a esto –y estar bien seguro de ello– resulta fundamental cuando decides cambiar de actividad, compañía o carrera. Es un buen antídoto contra la frustración. Si la decisión de permanecer en un trabajo se basa en razones puramente económicas, no es de extrañar que decidas aguantar lo inaguantable, y que no te importe quedarte estancado.
Recuerda que el dinero no es suficiente argumento para el cambio. Aunque el elemento económico sigue siendo uno de los principales cuando se habla de motivación, su impacto es a corto plazo, y suele interiorizarse o se olvida. El salario, más que una motivación, es un básico, del mismo modo que lo es el lugar de trabajo o los recursos para desempeñar una actividad.
Puesto que el dinero no es un elemento motivador a largo plazo, como tampoco lo es la palmada en la espalda, te queda la carrera profesional. Pero debes saber que las organizaciones ya no son capaces de ofrecer las carreras que podrían satisfacer a los profesionales. Aunque muchas empresas explotan esto desde el punto de vista de la comunicación, lo cierto es que no pueden llevarlo a cabo. Al final, debes pensar en motivaciones intrínsecas, del tipo «siento que estoy aprendiendo»; «formo parte de un grupo exclusivo»; «soy útil en la organización»; o «me siento reconocido».
2. La forma de irte influirá en tu futuro profesional. Si decides marcharte o cambiar, no olvides algo muy importante: lo único que no abandona nunca un profesional es su marca personal. La forma de despedirte te perseguirá en otros trabajos y determinará tu futuro laboral. Si te vas mal, la consecuencia inmediata es el primer impacto que provoca en tu marca y en las empresas a las que luego podrías incorporarte.
3. ¿Dominas las nuevas fórmulas para encontrar trabajo o cambiar de carrera? Nunca debes empeñarte en aquello para lo que no estás dotado. Y debes estar bien seguro de qué quieres realmente en el trabajo que estás buscando; qué es para ti lo imprescindible y lo accesorio.
También resulta crítico que te plantees si realmente sabes buscar trabajo; si sabes vender tus aptitudes y si has utilizado los canales más adecuados para entrar al mercado laboral o cambiar de actividad, empresa o sector.
Has de tener en cuenta algunos factores que ya están influyendo en tus posibilidades de éxito. El primero es que un gran porcentaje de las ofertas no se publican o ya están asignadas antes de que comience un proceso de selección. Hay un mercado de trabajo oculto, y el networking se revela como una forma efectiva de encontrar los trabajos que no están publicitados.
Una vez que hayas definido tu hoja de ruta, debes investigar para conocer la metodología de reclutamiento de las empresas, y conocer la segmentación de los cazatalentos que hacen búsquedas en las que puedas estar interesado.
Hazte visible a través de técnicas como el networking efectivo; en conferencias del sector, participando en redes sociales de forma proactiva, o elaborando un blog profesional.
Otro factor que debes tener en cuenta es que si el mercado laboral pide nuevas habilidades y capacidades profesionales, las ofertas de empleo no pueden seguir siendo como siempre. Los anuncios clasificados de toda la vida no tienen ya mucho sentido. Aparecen nuevos reclamos que responden a una nueva manera de reclutar y que demuestran una capacidad para sintetizar y comprender los valores de la compañía y transmitirlos a quien los pueda entender.
En tercer lugar, debes entender que el currículo, aunque necesario, ya no es suficiente para llegar con éxito al puesto que deseas. Cada vez pesan más la personalidad y los valores del candidato. Para los empleadores resultan cada vez más irrelevantes tus éxitos pasados y la forma tradicional en la que los vendes.
4. ¿Cuánto pesan las redes sociales en tu vida laboral? La pregunta es si la presencia y actividad en las redes resulta tan determinante como para abandonar o descuidar otras estrategias y herramientas tradicionales. ¿Será nuestra imagen en Twitter, LinkedIn o Facebook la única que recojan los reclutadores?
En todo caso, debes entender que se trata ante todo de la calidad del trabajo que seas capaz de mostrar en los medios sociales, la manera en la que los utilizas, y si puedes usarlos como correa de transmisión de lo que haces realmente. Si predomina la visibilidad personal por encima de tu realidad profesional y de la relevancia apoyada en hechos, cometerás un grave error.
5. Ten en cuenta los nuevos modelos de trabajo. La relación entre empleado y empleador ya no es de por vida. Aplica esto a tu búsqueda y descubrirás que implica la llegada de nuevos modelos de compromiso, de carrera y de fórmulas de trabajo: debes valorar la posibilidad de trabajar por proyectos, o tener en cuenta las posibilidades de empleo independiente que transforma de manara notable la manera en la que se entiende tu carrera o tu profesión.
Buscar empleo se ha convertido en una profesión muy complicada para la que hay que ser un verdadero especialista. En un entorno en el que no funcionan las soluciones tradicionales, fabricar el propio puesto parece una opción razonable para los que optan por algo distinto.